Yendo a una despedida como una señora casada - Parte II

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Las sabias manos de César, que la tomó por atrás y frotaba su miembro ya erguido contra el cuerpo de Nuria, también la despojaron de su ropa. Rocío se concentraba en lo que estaba pasando mientras mis amigas y familiares de la novia se miraban unas a otras mientras sonaba la música más fuerte cada vez. Rocío me volteó a ver en ese instante, y yo hice un gesto de extrañamiento y moví la cabeza en señal de negación, indicando que lo que estaba sucediendo no me parecía apropiado.

No obstante, César ya había penetrado a Nuria antes de que nos diéramos cuenta. No lo notamos hasta que lo vimos moviendo sus caderas contra el vientre de ella. Para mi sorpresa, Jessica tampoco se opuso; recostada en uno de los sillones, abrió las piernas y el Cowboy la tomó abiertamente. No podía creerlo; al mismo tiempo estaba presenciando dos actos sexuales, lo cual yo creía que sería una despedida de soltera atrevida, pero no esperaba que llegaran a tanto. Las invitadas se acercaron para observar de cerca cómo los strippers salían y entraban de aquellas mujeres, acariciaban sus espaldas y disfrutaban besando sus piernas y brazos. Con la incertidumbre de qué sucedería, permanecí en mi posición, pasmada. Miré a Jenny, que era la única que, a estas alturas, no estaba tocando a los strippers. Se levantó y se dirigió hacia la cocina.

Los strippers finalmente consiguieron que las dos mujeres se vinieran y sacaron sus falos gruesos, mientras escupían esperma sobre el cuerpo de las elegidas. Nuria, que había llegado con una vestimenta formal y muy refinada, ahora estaba en el suelo, despeinada y con manchas de esperma visibles en su vientre. Los strippers tuvieron poco tiempo de libertad al dejarlas a ellas, ya que dos invitadas tomaron los miembros relajados para chuparlos y masturbarlos.

Entró Jenny a la sala y llamó la atención de todos:

- ¡Atención! ¡Esto es solo el comienzo! Les presento a nuestro último invitado: El Capitán Frío.

Entró entonces un hombre corpulento como los otros, vestido con ropa de aspecto industrial, metálico, y con unos lentes oscuros. El individuo comenzó a bailar junto a los demás y gradualmente retiró sus ropas; sin embargo, noté que él se desvestía más rápido que los demás. Inmediatamente las invitadas lo rodearon y lo ayudaron a quitarse su ropa, casi rasguñándolo. Sin embargo, el hombre parecía contento con el impacto que tenía en ellas. El Capitán Frío tenía una piel más oscura que la de César porque se veía que ya era moreno por naturaleza, a pesar de que también estaba tostado por el sol. Tenía más peso, tenía unos 8 o 10 años más que los otros dos y su apariencia era mucho más maciza. Su cabello era muy corto, como militar. El Capitán Frío estaba desnudo y su musculatura ya era accesible a las manos de todas, en menos de lo que canta un gallo.

"Sin duda querrán saber por qué se llama "El Capitán Frío no?"-dijo Jenny.

-Siiiiiiiiiii!!!!!- exclamaron todos juntos.

Jenny respondió: "Pues porque no hay mujer que lo haga venirse en menos de tres minutos". Me sentí fuera de lugar. No estaba acostumbrada a ese lenguaje ni a esas circunstancias.

Jéssica y Sara se levantaron al mismo tiempo, aunque Jenny solo permitió que Jéssica pasara al centro. -Pero hay un premio para la que lo logre! ¿quién quiere ser la primera? -dijo Jenny a gritos. Mientras tanto, el Cowboy y César seguían recibiendo atención oral, y las chicas se iban turnando para probar el sabor de sus miembros.

La hermanita menor de Rocío, Jéssica se bajó la falda, y yo no podía creer que una chica tan joven lo pudiera hacer sin sentirse inhibida y con tanta facilidad frente a todo el público, después se bajó el calzón y en un dos por tres ya estaba siendo penetrada con el Capitán Frío, quien estaba sentado en una silla y Jéssica subía y bajaba rebotando sobre el miembro poderoso de aquel hombre, que hacía gestos de que no sentía nada. Mientras tanto, Jenny puso el cronómetro en su celular y, a los dos minutos, El Capitán agarró a Jéssica por las caderas y movió las suyas de manera especial, lo que provocó que la jovencita diera alaridos y entrara en un orgasmo. Después de darle una nalgada, el stripper sacó su pene de la vagina de Jéssica y solicitó que Sara pasara. Varias de las invitadas fueron pasando una a una, en el mismo orden en que estaban sentadas, hasta llegar a cinco. Con la habilidad del experto Capitán Frío, cada una llegaba inexplicablemente a los dos minutos y alcanzaba el orgasmo. La novia, Rocío, fue la siguiente en llegar. La miré con incredulidad, ya que no pensaba que le fuera infiel a su prometido, incluso si fuera una fiesta. En ese momento, ya me daría cuenta de que mis principios morales eran muy conservadores.

Fin de la Parte II


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