Denunciar relato
Era una mujer tan chiquitita, tan chiquitita, tan chiquitita, que en vez de plato, le daban de comer en ¡una chapa de Fanta!
Cuando su hermana la sacaba a pasear, por la gloria de mi madre, la metía en un bolso rosa claro, y para que no le faltara el aire, el bolso tenía unos agujeros en la parte de arriba, diodenalmente hablando, con unos embellecedores redondos y plateaos que quitaban el sentío.
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