De la sexualidad

Una sexualidad libre es decir una sexualidad consciente. La dicotomía, sólo humana, entre sexualidad placentera y sexualidad reproductiva, permite que el goce sexual abarque toda la gama de disfrute del propio cuerpo y del de los demás. Los cerrojos a la sexualidad son meramente culturales y obedecen a intereses y no a una moral universal de la especie. Bajo las hojas mustias de la moral dominante, subterráneamente se disfrazan intereses de carácter económico y de poder de castas.
La sexualidad en su auténtica expresión es la sexualidad que busca el placer, el goce físico y espiritual, el conocimiento del propio cuerpo consciente de sus gustos particulares y el descubrimiento del cuerpo de otros individuos que nos atraigan. La atracción tiene unos límites indeterminados en el tiempo, y únicamente la moral sin base en lo natural y las necesidades psicológicas de cada uno marcan reglas que censuran, persiguen, castigan y dirigen los comportamientos sexuales.
Para que la sexualidad adquiera todas las diferentes dimensiones humanas, debe liberarse de las cadenas culturales que tratan de dirigirla hacia fines espurios, favoreciendo intereses que castran a los individuos, impidiéndole gozar libremente y disfrutar de la totalidad del cuerpo, del suyo y de quién se entregue a los placeres sexuales.
El sexo placentero es aquel que abarca todos los sentidos y todo el cuerpo propio y ajeno. Quién no conozca en extensión y profundidad su cuerpo, sus inclinaciones y deseos no puede lograr el disfrute sexual, ni puede compartirlo con otros, ni puede desatar felizmente el placer de los otros; no puede compartir el goce placentero ni ser compartido.
Liberarse de la cadenas del totalitarismo de la vieja moral sexual, es liberarse del modelo tradicional dominante que mutila la amplitud de las prácticas sexuales. Se obliga a las personas a ocultar sus verdaderas inclinaciones, lleva a ocultar en las catacumbas de los sentidos cercenados, los deseos categorizados como "diferentes" de una práctica oficial que nunca ha sido real. Categorías como hetero y homo sexualidad, sexo oral o anal, masturbación, sexo en compañía plural, de grupo, sexo distinguido como fantasía, sexo a distancia, sexo incestuoso, sexo con individuos adultos de generaciones y edades distintas, etc., etc. De una u otra forma, el amplio abanico de la sexualidad libre, abierta y pura son marginados sutilmente, lo que castra, mutila y crea infinidad de comportamientos señalados como "a"normales; transforma el libre curso de la búsqueda del placer sexual propio y de la y del, de las y de los compañeros de disfrute  en door y alienación del individuo y de la colectividad humana.
Son las cadenas forjadas por una moral impuesta y adquirida en la infancia, remachada continuamente de mil formas sutiles, el sexo expandiría la felicidad de los sujetos en singular y en plural en todas sus variantes, con el sólo límite de las relaciones sexuales adultas excluyendo el dolor y la humillación, tan propias de los sistemas explotadores y la morbosidad, la enfermedad sexual del sexo condenado.
El placer explícito de mujeres y hombres, sin el temor a la condena de pareja o de grupo, haría que la libido no se contuviera y limitara artificialmente. El exhibicionismo, la exposición del cuerpo desnudo, el voyeurismo, el sexo anal, el sexo oral, el uso del lenguaje como componente natural de la sexualidad plena, la participación sexual de varios individuos en una variedad plural de formas y maneras, la comunicación libre de los deseos para la obtención  de placerson las expresiones libres del sexo humano puro, y otras formas de comportamiento son el instrumento humano de conseguir una sociedad que verdaderamente respondiera a ese calificativo: humanidad. Humanidad consciente de si y de su libertad para ser feliz