EL CAMINO

Volvía a perderme en el camino. ¡Estaba tan animado de haberlo encontrado!. Entusiasmado y asustado a la vez, era casi pánico antes de dar el primer paso. 

Al principio avancé con paso firmer sobre el sendero, sin importar los baches, sin mirar si estaba empedrado, barro y oscuridad a paso lento, o quizás lo hacían más rápido de lo que quería ver. Intento recordar como me perdí, en que momento exacto sucedió, y como de repente me encontraba en medio de la nada, sin ánimo, con rabia, con miedo, perdido otra vez.

Por primera vez había pensado que todo iría bien, y que si algún día iba mal, solo sería un día y pasaría pronto, pero aquí estoy de nuevo, perdido, y la frustración de no encontrar el rumbo me bloquea, y sin motivación para moverme, me quedo quieto y agazapado como un niño aterrado. Me encontraba perdido otra vez, sin saber por qué.