Modern Times y Metropolis, por citar dos de los más representativos filmes de la Edad de Oro del cine del siglo XX, hicieron una parodia y nos dieron una visión del flagelo del mundo contemporáneo; el primero en clave cómica del alienante presente, el segundo con una perspectiva a futuro ya absolutamente alienado. Drama y Comedia.
Un mundo mecánico crea lo que necesita, seres mecánicos. Los autómatas de los siglos del artesanado todavía nos nuestran como el ingenio y la creatividad del trabajo artesanal produjo auténticas joyas de la mecánica de aquella época. Imitación brillante de la apariencia y del movimiento del mundo natural, con elementos construidos a base de materiales artificiales. De modo patecido, en las dos más conocidas civilizaciones clásicas, que nos han legado sus mitos y leyendas, la recreación del mundo artificial mostraba las consecuencias de los actos de unos seres de apariencia humana diseñados, a partir de elementos naturales, con comportamientos humanos. La especie humana ha intentado desde muchos siglos atrás, como vemos recrear el mundo con su propia inteligencia consciente y con sus propios órganos físicos; con su mente y con sus manos. Cada época de desarrollo de la apropiación del mundo material por la especie humana reproduce el mundo "a su imagen y semejanza".
Actualmente, la enajenación del ser humano, respecto a sus propias condiciones de vida, se nos muestra a diario en forma de comportamientos alienados,nque dominan de manera inconsciente a las personas mismas. Somos devorados por nuestras condiciones de vida.
Algunas personas de nuestra realidad, muestran un comportamiento tan mecánico como los autómatas de los siglos de la producción artesana, los trabajadores de una moderna cadena de montaje o de las fábulas y los carnales personajes mitológicos, presa de los mismos deseos y pasiones de quienes los generaron en la Antigüedad griega.
Desde el mismo momento en que suena el despertador hay una programación de cada movimiento y acto consecutivo, rítmico casi. Levantarse, aseo, desayuno, preparativos para salir de la caverna al inhóspito e impropio mundo exterior. Todo con unos movimientos calcados minuto a minuto, gesto a gesto, palabras a palabra, con el fin de controlar los resultados de la actividad cotidiana, con un patetismo que sólo se puede percibir desde fuera del escenario y las secuencias programadas del día a día.
Hay una diferencia trascendental en relación a los otros mundos representados por la mitología o los seres mecánicos del pasado; ahora es la propia mentalidad de las personas la que se ha convertido también en algo artificial y ajeno a nosotros mismos, a nuestros propios actos, succionando cualquier atisbo de no sincronización con una realidad que se impone al individuo y no le deja ni tiempo para reflexionar, pensar, deducir, cuestionar, plantear y buscar que los deseos y pasiones, esperanzas, fantasías se cumplan como eje de sus vidas. Esa "naturalidad", en suma, es lo que diferencia a los seres vivos de los seres mecánicos. ¿No será que uno de los retos que tiene ante sí la Humanidad del siglo XXI se pueda expresar como "la conquista de la libertad"?
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