Hace unos pocos años que un propietario de una tienda de vídeos me presentó a su dependienta que era una hermosa mujer de cabello castaño y ojos del mismo color llamada Rosa; la cual era una aficionada del Arte Escénico, por lo que en sus ratos libres escribía obras de teatro, y yo la iba a visitar a menundo con la esperanza de mantener con ella una relación más intima que amistosa.
Hablábamos tanto de nuestras vidas como de temas culturales, y llevados por una singular confianza que nos unía a tenor de nuestro interés común por lo que se llama las Humanidades, Rosa me dejó leer algunas de sus creaciones artísticas. Y tuve una tremenda decepción. Pues dichas obras eran en realidad panfletos de un radical nacionalismo. escenificados para ser representados en un escenario, cuyo argumento siempre era el mismo; Que desde 1714 en que Cataluña perdió la Guerra de Sucesión contra el rey borbón Felipe V al decantarse la sociedad por un rey de Austria, esto dio lugar a la suspensión de las intituciones catalanas. Desde entonces este rincón de la Península Ibérica había estado reprimido en su peculiar idiosincrasia, centrada en su peculiar lengua materna durante quinientos años por el Estado Español; y sobre todo por el franquismo. De manera que para Rosa los terroristas nacionaistas que habían asesinado a tanta gente eran unos héroes que luchaban contra el Estado opresor.
- Oye, Rosa. Si quieres interesar al público con tus obras de teatro, te recomiendo que escribas temas más universales. Habla de aspectos humanos que a todo el mundo le pueda afectar al margen de políticas - le dije tras leer algunas de sus reiterativasy malas obras.
-Sí, sí, ya... - me respondía ella sin hacerme ningún caso.
La tienda de videos cerró sus puertas debido al auge de los canales de pago de la T.V. y Rosa desapareció de la localidad en la quue vivo sin haber conseguido jamás representar en el teatro ninguna de sus obras.
Lo mismo se podría decir de un sujeto de edad avanzada llamado Juan, que es un socio del Club Náutico al que pertenezco, quien escribe artículos en una revista local del pueblo. Este Juan es un tipo aparentemente muy simpático y muy mujeriego que además tiene una prosa muy fluida y escribe de maravilla..Sin embargo una cosa es el estilo literario, y otra muy diferente el mensaje que se transmite que está en su mente. Para él la institución monárquica es una extensión opresora del franquismo que forma parte del Estado Español y que por tanto hay que sacárselo de encima como sea. Y siempre repite este tema hasta la saciedad; razón por la cual lo he dejado de leer.
Que duda cabe que todos nosotros amamos nuestro lugar de origen y también si se quiere se puede ser religioso ya que el mito relligioso forma parte de nuestra cultura anímica occidenal. Pero pienso que una idea, una cosa en si misma en relación con el mundo que nos rodea tiene poca importancia; sólo la tiene desde nuestro punto de vista subjetivo en el que como en el caso nacionalista subyace una pasión desmedida que lleva al fanatismo del sujeto. En esta época en la que la gente ha dejado de creer en los viejos valores y sólo se da prioridad a la emotiviadad en perjuicio de la razón, dado que el razonar se considera que es hacer un discurso de palabras vacías, muchos han enfatizado, han subliminado su territorio comunitario en cuyo sentimiento va implícito un paranoico narcisismo nacional y es inútil razonar con ellos. Porque lo que trasciende tanto en Rosa como en Juan en sus escritos es ni más ni menos que una obsesion sobre la cosa:
Como se sabe, una obsesión es un tipo de sugestión emocional que anula la capacidad de analizar cualquier cuestión. Es como si el sujeto estuviese envuelto en un manto opaco. Por esta razón quien se resiste a entrar en el mito obsesivo nacionalista está mal visto y se le acusa de ser un anticuado y de ser un facha. En consecuencia esta persona distinta muchas veces no se atreve a expresar su opinión por miedo a que se la insulte. ¿Pero de dónde viene esta obsesión nacionalista, pseudoreligiosa? De los medios de comuncación que están subvencionados por el Poder dominante que gestiona nuestros impuestos. Muchas veces se critica al Poder pero esto no significa casi nada, puesto que éste a través de un grandilocuente discurso con datos de toda índole que tergiversan la Historia en aras a su conveniencia, imparte un discurso hipnotizador repetido incesantemente como un mantra que se cuela en el inonsciente de la población; porque no es el Poder en sí mismo lo que importa que objetivamente éste puede ser un desastre, sino su especial actitud omnipotente dirigida a la población que es la que devora la voluntad del ciudadano. Esto lo hemos visto en los enfáticos sermones de muchos sacerdotes cuando el Estado era confesional, en el régimen nazi que era socialnacionalista, y en los paises en los que impera el comunismo, y es por ello que yo creo que la "libertad de pensamiento" es una frase hecha que apenas significa nada. La considero que es más una utopía que una realidad; algo que debería de ser pero que no es.
Hace apenas dos dias que fui a la Biblioteca Pública, y tomé prestado un libro de la magnífica profesora de Ética Victoria Camps, cuyo título es: CÓMO GESTIONAR NUESTRAS EMOCIONES. Pero este libro estaba olvidado; muerto de pena en una estantería sin que nadie repare en él, porque ahora lo que importa;lo que seduce realmente es pelearse en las Redes Sociales bajo la influencia hipnótica de los mensajes hipnotizadores de los que mandan sobre todo si uno es independentista con quienes tienen otra manera de pensar.
Por eso yo creo que lo mejor, es centrarnos en nuestra vida personal,y no hacer ningún caso de los medios de comunicación.
FRANCESC MIRALLES PÉREZ
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