Ánimo

No será la primera vez que te lo diga, pero sí que te lo escriba.

Ánimo.

La vida no ha sido, ni es fácil, para ti, pero tú le haces frente.

Desde muy temprano, ante las situaciones tristes y poco agradables tú decidiste contraponer la bondad y una manera de entender las cosas buscando lo mejor de los demás.

No es este un trabajo sencillo, ni reconocido ni mucho menos recompensado, pero esa actitud positiva para superar las pruebas hace que la luz alcance las tinieblas que moran en el interior de muchas personas, especialmente de las que importan, y hacen que su existencia sea mejor.

Al tiempo fuiste y eres el referente y el ejemplo a seguir de tus pequeños, que poco a poco han interiorizado e incorporado esos valores y enseñanzas que les transmites: respeto, cariño y empatía, fundamentales para que puedan tener una vida adulta con un positivo desarrollo emocional.

Hermoso legado, fundamental huella les dejas.

Es admirable tu vida de renuncia a muchas cosas, mismo aquellas bien pequeñas, que podrían hacer que fueras más feliz, todo en aras de un bien mayor.

A veces Dios otorga un don a las personas, que para ellas va a ser una pesada carga.

Hacer el bien es tu bandera, es tu manera de ser en el mundo.

El deseo de superación que mora en ti y de tener un futuro distinto y mejor avanza en una escalera con escalones siempre altos y que se superan con mucha dificultad.

Aunque, cuando eches la vista atrás verás toda la distancia recorrida y lo mucho que llevas ascendido en este tiempo, aunque no lo parezca, así como todo lo positivo que aportaste y aportas a las vidas de otras personas y como la lucha nunca fue, ni es, en vano.

Ánimo.

Te queda mucho por hacer, por vivir, por avanzar.

Nunca es ofrecido el camino llano, recto y despejado, pero aquel que nosotros construimos, por más curvas y desniveles que tenga, también suele llegar a muchos de los lugares a donde queremos ir.