Bajo el cielo estrellado y sin igual,
donde la luna clara es nuestra guía,
surge mi voz, -ferviente melodía-,
que canta mi amor eterno y especial.
Eres mi sol brillante y esencial,
mi luz en la tormenta y en la calma,
la razón de mi risa y mi alma,
mi musa, mi pasión, mi todo sin igual.
Tus ojos, luceros que me iluminan,
tu risa, música que me llena de alegría,
tus labios, dulce néctar que fascinan.
En cada gesto, encuentro la poesía,
y en cada abrazo, siento que caminas
conmigo, amor, en nuestra ombría.
Así, en cada latido te confío,
el amor puro que nos ha unido,
y en cada sueño, a ti me alío,
mi amada esposa, mi ser compartido.
En el camino que juntos seguimos,
los desafíos hemos vencido,
pues el amor que nosotros escogimos,
es un lazo eterno y compartido.
Tú eres la estrella que alumbra mi sendero,
la brújula en mis noches de desvelo,
mi fortaleza en tiempos de consuelo.
Con este soneto, mi corazón revelo,
el amor profundo que, siempre anhelo,
y en cada verso, mi amor sincero.
Comentarios
COMENTAR
¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales