Ayer, Pablo, me puse a recordar aquel verano en el hotel del sur de España. ¿Te acuerdas de lo que te conté sobre aquella mujer, Dimas? Sea por la llegada del otoño o porque yo ya soy todo otoño, al recordar aquellos escasos días en el hotel, ausentes mis padres por un asunto financiero, y mi aventura (así lo escribo, aunque no es el término adecuado; Dimas no fue ninguna aventura para mí, sino algo tan poderoso como para mantenerse como una llama o, mejor una llaga en mi interior, que se hace al tiempo dolorosa y placentera, igual que un elixir ardiente, pero suavemente estimulante, todo en uno, que estremece y apacigua la necesidad de entrega a otros brazos.
Rememoro aquellos días de ilusión y plenitud, cuando el hormigueo incesante de la necesidad de ver a Dimas, de estar con ella todo el tiempo, observando cada uno de sus movimientos corporales, el bamboleo de sus caderas, el paso rápido, su agilidad en las tareas, y sustrayéndome a todo lo circundante. Cuando nuestras miradas, simulando la indiferencia del trato formal entre clientes y personal del hotel, con educados y fríos saludos, sin que mediara el enfoque de la mirada pero, a escondidas, un raudo pasar con la llamarada ardiente de nuestros ojos coincidentes e hipnóticos... y todas las palabras sobraban, al recibir las descargas eléctricas del deseo más tierno.
Al recordar ayer vívidamente esos días dulces como la miel, me pareció que el tiempo quedaba suspendido, como en otra esfera, en otra dimensión. El lapso entre aquellos días y estos pareció desaparecer, difuminado y entre sombras,.mientras que el amor, aquel amor primero se mantenía latente dentro de mí.
En Otra mujer, la película de Woody Allen, como reflexión final, el torturado personaje femenino, centro del film, atrapada entre sus sueños y las propias remembranzas, rompe su coraza interior y se deja llevar por la magia de la nostalgia, abriendo un interrogante que traslada al espectador: ¿un recuerdo es algo que se tiene o algo que se ha perdido? Desconozco si la angustiosa pregunta es fruto particular de las inquietudes del director o si Allen se limitó a incorporarlo en el cuerpo del guión de la película. Para mí, Pablo, un recuerdo es algo vivo que hace que la vida tenga un sentido.
Comentarios
COMENTAR
¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales