Gigantes de Colores

Por
Enviado el , clasificado en Adultos / eróticos
1694 visitas

Marcar como relato favorito

La habitación de Karla era la típica de chica universitaria estudiosa, libros por todos lados, bolígrafos acomodados de mayor a menor en una esquina de la mesa, con la laptop encendida haciendo una tarea de física o ni idea que era, yo lo observaba todo, algo me llamaba mucho la atención, eran dos bolígrafos gigantes que parecían consoladores, uno de color morado, ese era el más grande y grueso, el otro un poco más delgado y pequeño con un color naranja neón y en su punta negro, se veían a los ojos de quien entrara allí, los dos debajo de la mesa y yo preguntándome si ella haría algo con esas dos cosas de colores, en fin, ahí estaba Karla esperando que me la follara con sus gafas transparentes y carita de niña buena, cerrando la puerta y yo desnudándome completo era ley. La tipa enserio no me gustaba en ropa, pero desnuda era otra cosa, yo me frotaba el pene en una esquina viéndola desnudarse y gateándome lentamente, venía hacia mí, ponía sus gafitas en cualquier lugar y me agarraba el pene y se lo empezaba a comer con muchas ganas, Me lo comía con hambre y sed, yo le agarraba el pelo y le hacía un poco más de fuerza hacia abajo para q se lo tragara completo, la ponía encima de mí y le empezaba a lamer todo su coño en lo que ella me seguía comiendo el rabo, antes de perderme dentro de ella, le abría las piernas, todo lo q podía y llegaba, se estiraba bastante y seguía lamiéndole hasta que se lo escupía y la penetraba, gemía bajo, la respiración nos pasaba de relajada a ataque cardíaco, se sentía a full. Antes de correrme se la saqué y se la eché en el ombligo, se desbordó y le corrió un poco por la barriga hacia la cama, se sentía hijo de puta estar ahí, después de limpiarnos, ella salía del cuarto a buscar algo de comer, ponía una peli y luego lo volvíamos hacer. Me largaba de ahí, me cogía como las tres de la mañana en eso todas las noches, entraba a mi casa, me acostaba en mi cama, miraba al techo un rato, pensando en que si realmente fuera ella capaz de pajearse con esas dos cosas gigantes de colores.


¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales

Denunciar relato

Comentarios

COMENTAR

(No se hará publico)
Seguridad:
Indica el resultado correcto

Por favor, se respetuoso con tus comentarios, no insultes ni agravies.

Buscador

ElevoPress - Servicio de mantenimiento WordPress Zapatos para bebés, niños y niñas con grandes descuentos

Síguenos en:

Facebook Twitter RSS feed