Los daños colaterales (1/2)
Por Mexicano
Enviado el 07/10/2024, clasificado en Adultos / eróticos
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Después de mis 4 encuentros sexuales con Zapata, de esas sesiones intensas de pene, de caricias y de tanta saliva mi vida estaba desecha por su partida. Como conté en mis primeros relatos, el, tuvo que partir a los E.U. y de él, no volvería a saber jamás.
Mi vida continuaba no sin el deseo e ilusión de verlo nuevamente y de pasar una noche más a su lado, disfrutando de ese falo tan suave, tan delicioso y perfecto para mi boca, mi única salida era recurrir a mis masturbaciones en la regadera fantaseando que me volvía a comer ese delicioso manjar, pero eso no era suficiente para mí, necesitaba y deseaba tener un pene en mis labios y dentro de mi boca para sentirme vivo así que recurrí a una técnica que posiblemente a muchos les parecerá una locura e incluso imposible pero otros, seguramente habrán intentado y logrado. Comencé a practicar estiramientos a fin de llevar mi cabeza lo más abajo posible entre mis piernas y esto, lo hacía a diario, en mi cuarto, en la regadera y cuando tenía oportunidad de hacerlo y poco a poco, día a día fui descubriendo como mi cabeza bajaba más y más, un día completamente excitado debido a que tuve la oportunidad de usar un conjunto de mi hermana que usaba para sus aerobics por fin mi lengua pudo comenzar a sentir mi suave cabeza y a degustar de ese liquido preseminal transparente tan delicioso (si nunca lo has probado, no sabrás de lo que te hablo) pero eso no era suficiente, yo tenía que lograr meterlo en mi boca, así que continuaron los días y los intentos hasta que por fin lo logre, logre chuparme el pene a mí mismo, la sensación era deliciosa aunque no tanto como chupar un pene ajeno y tampoco como la de recibir la chupada de otro hombre y te explico por qué. La posición en que el pene quedaba en mi boca no era la adecuada, mi lengua no coincidía con el piso de mi pene y no tenía oportunidad de mamarlo bien ni masajearlo con mi lengua a tal grado de venirme en mi mismo, siempre terminaba con tres o cuatro chorros de semen en mis manos ya que debía masturbarme porque me cansaba mucho esa posición.
mis plegarias se convirtieron en realidad, un día mi madre me pidió que la acompañara a visitar a Lulu, una amiga que vivía en pasquilares en la Delegacion Tlalpan, a lo que accedí ya que ella era madre de mi amigo Jean a quien no veía hacía meses, así que fui gustoso para cotorrear con él. Después de un rato que llegamos y literalmente no tener nada que hacer porque ya los video juegos no nos parecían tan interesantes decidimos ir a nadar a la casa club de su privada, me presto un traje de baño tipo bermudas, el hizo lo mismo y fuimos a la alberca. Nos llevamos una pelota de vóley, algunas otras pelotas de Base y de fut y ahí estábamos, los dos echando clavados, dando piruetas, maromas, aventando balones por todos lados, de pronto vino a mi mente una idea macabra de sacar "todo" de la alberca, y al decir todo me refiero a pelotas, balones, etc., y nuestros trajes de baño, y así poder disfrutar de la vista de su cuerpo, así que grite, todo pa fueraaaaaaa y comencé a aventar las pelotas a fuera hasta no quedar ninguna, Jean hizo lo mismo sin pensar en lo que vendría hasta que no quedo ninguna, así que me sumergí, me desprendí de mis bermudas y las avente y grite yujuuuuuu!!! El reía a carcajadas y de pronto se agacho y copio mi acción, aventó sus bermudas fuera del agua. Quiero anticipar que a Jean lo conozco literalmente desde que éramos unos niños el tenía posiblemente 4 años y yo 5 y en muchas ocasiones nos habíamos visto desnudos ya, así que yo conocía perfectamente su cuerpo y sabía que el al igual que yo, estaba circundado, cuestión que como saben, me encanta de los penes y por si algo pasaba, yo sabía que por lo menos yo, no tendría reparos.
Así que brincoteamos por todos lados y de pronto se sale de la alberca y ahí estaba mi premio, hermoso, con poco bello y colgando de lado a lado, echaba clavados y luego yo, y luego el, y luego yo, sin embargo, por mis malas intenciones a mí se me comenzaba a notar una ligera erección que no pasaba desapercibida, de pronto en el agua me dice:
-Zapata, no te vaya a morder un tiburón el pito, lo traes como grandecito ¿no?
y yo le respondí
-No, no hay tiburones aquí así que no pasa nada
Se sonrió y se sumergió hasta nadar hacia mí, y de pronto siendo como me muerde la pierna a la altura del Pene quedando este en su mejilla y restregándolo en su cara como si el me estuviera atacando, se zangoloteó por debajo la y en una de sus sacudidas lo rozo con su boca... ¡Yo estaba helado y a la vez erizado de la emoción! Salió del agua y me dijo, ¿ya viste que si hay? y le dije
-huy pues a ti te puede morder una piraña
me dijo
-A mí me la pelan las pirañas
Nado un poco más lejos de mi así que tome aire y me sumergí, nade tan rápido como pude y ahí estaba, no veía bien porque no llevaba lentes, así que veía borroso, pero distinguía perfectamente todo, me acerque y no lo dude ni por un minuto ya que me dejo ver que el deseaba esto, así que me acerque y sin más introduje su pene en mi boca, lo mordisqueé, lo chupe, lo lengüeteé y lo restregué en mi cara, salí a la superficie y el, estaba extasiado y sonriendo, así que me dijo:
-Ah, ok, a esas vamos
Se sumergió y sin más también se metió mi pene en la boca, ufffff Por fin pensé, estaba sucediendo lo que tanto había deseado, nos sumergíamos una vez el, una vez yo para gozar del pene del otro, salíamos de la alberca y ya de una forma más descarada nos agarrábamos de la mano y corríamos a la alberca juntos y hacíamos una "bomba" al caer buscábamos quedar sumergiros para tocarnos y para chuparle al otro el pene. Ya entrados en el juego le pedí que se sentara en la orilla a lo que de inmediato accedió y yo dentro de la alberca y el sentado en la orilla comencé a darle una mamada magistral, creo que no la esperaba y yo estaba feliz, estaba gozando de su deliciosa polla, ¡cuando de pronto la puerta se abrió!...
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