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Una gitana mu graciosa, con mucho arte, caminaba por las calles de San Genaro de los Dolientes, un pueblo de la provincia de Málaga que quita el sentío.
Iba por una calle, desesperá de la vida, gritando: "Ay qué desgraciá soy. Que tengo el débola. No puedo, no puedo. Señor, ayúdame en estas difísiles circunstancias", cuando se encontró con una amiga suya, Mari Carmen la Guapa, que le preguntó qué le pasaba.
La gitana contestó: "Qué me va a pasar, chiquilla, que tengo el débola". Mari Carmen la Guapa, que tenía la cara de Anji Dickinson, le rectificó: "Será el ébola".
Entonces su amiga la gitana le aclaró: "No, corazón mío, el débola. Porque debo la panadería, debo la carnicería, debo la pescadería..."
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