El mayor objetivo ahora es matar a los niños; Ben ha dicho que son los terroristas del futuro, que no hay que dejar a ninguno con vida. Un niño muerto, tres días en Tailandia de vacaciones. También hay que eliminar a las mujeres, que son las que dan a luz a niños: una mujer muerta, dos días en las maravillosas playas del país asiático.
¡Ah! Y si por casualidad cae algún terrorista, un día más de vacaciones.
Así que, para conseguir un mes de vacaciones, hay que eliminar a unos cinco niños, cinco mujeres y algún terrorista si se pone a tiro.
También hay premios para los oficiales que pilotan aviones de guerra. Un edificio de veinte plantas destruido hasta los cimientos, lleno de terroristas, una semana en Bora-Bora en un resort de cinco estrellas, y además, quinientos dólares diarios para gastos.
—Vamos allá...
¡Boom! ¡Boom!
—A por ellos —dijo el oficial de artillería, bombardeando un hospital—. Necesito muchos tickets de enemigos eliminados. Tengo familia numerosa y queremos irnos de vacaciones a Benidorm...
—¡Adelante! —gritó el teniente de infantería, redoblando la ofensiva contra todo lo que se movía—. Que no quede nadie en pie.
Avisaron por radio y en cinco minutos ya tenían a la aviación demoliendo una falsa escuela llena de terroristas. Aunque más tarde comprobaron que en el edificio solo había niños y mujeres.
—Lástima que no se puedan contabilizar los que quedaron sepultados —dijo el oficial—. Hubiésemos conseguido muchos tickets para las vacaciones.
Y así va ese maravilloso país, heredero de los dones de Dios.
16.756 niños muertos.
21.000 niños desaparecidos (probablemente enterrados en los escombros).
10.000 mujeres muertas.
¡Bang, bang! ¡Boom, boom!
¿Te imaginas? Estás tomando el sol en una playa de Tailandia y a tu lado un grupo de "héroes", que a saber cuántos tickets han conseguido para venir aquí. Pero se ven contentos: chupito por aquí, gin tonic por allá, un poco de bailoteo y a disfrutar.
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