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Miro. Parpadeo, parpa-deo, paro. Ya no miras, no lo entiendo ¿Qué ha pasado? ¿Por qué no miras? ¿por qué me dejas en esta planta? Ahora yo te miro, ¡qué vergüenza! Yo mirándote, yo mirando a alguien y no a algo, ¿por qué me parece tan indigno? ¡Ahí estás! Has vuelto a mirar. Te he pillado con los ojos en la masa ¿Acabo de llamarme masa? Tal vez si eres miope... ¿Dónde vas? Está bien, dejaré de seguirte con la mirada. Está bien, bájate. Touché.

Miro la ventana, ahí estás. Lo sabía. Me miras. Tal vez escriba sobre esto.


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