UN VERANO DE COLOR SEPIA 3 (FINAL)
Por franciscomiralles
Enviado el 11/10/2024, clasificado en Cuentos
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-¿Y tu hermana Asunción cómo está? - le preguntó María cambiando de tema.
-¡Ah ésa! - expresó Victoria con desdén-. Se enamoró de un pintor que conoció en el parque de la Ciudadela, que es un bohemio y con él celebró "Pascua antes de Ramos", por lo que ahora esperan un hijo. Ahora ella malvive en Francia con el pintor en un mísero piso que en el cuarto de baño del mismo hay un vided. Fíjate tú.
Antes la higene dejaba mucho que desear. La gente pudiente sólo se lavaba las manos, la cara y los pies y rara vez se bañaban de cuerpo entero. Y el vided que no faltaba en los hogares franceses en España tenía una connotación erótica. Por tanto las enfermedades infecciosas como el tifus estaban a la orden del día. Fue la Medicina la que poco a poco mentalizo a la gente de que era primordial la higiene corporal. En otro orden debido a la moral religiosa la expresión "celebrar Pascua antes de Ramos" era un eufemismo que daba a entender que una pareja había copulado antes de pasar por el altar eclesiatico, y se consideraba que era algo pecominoso. Tal vez la mujer no fuera virgen. Porque ¿quién podía asegurar que la fémna no se había acostado con algún otro varón? Pues los temas relacionados con el sexo no se abordaban directamente sino que se insinuaban en favor del "buen gusto" y el avispado interlocutor tenía que saber leer entrelíneas.
-¡Ooooh que disgusto habrán tenido tus padres! - exclamó asombrada María-. Asunción liada con un pintor bohemio que no tendrá donde caerse muerto. Y quién lo iba a decir de tu hermana Asunción que parecía una mosquita muerta que nunca había roto un plato.
- Pues ya lo ves. Estas son las peores. Mi padre dice que Asunción ya no es su hija y con razón porque es una vergüenza para la familia, sobre todo de cara a las amistades, quienes han lamentado mucho el comportamiento de mi hermana.
- Ya, ya imagino. Pues no sabes cuánto lo siento chica.
Para María estaba claro. Su amiga Victoria a causa de la impotencia sexual de su esposo, y puesto que en aquellos años no existía el divorcio en España ella se sentía atrapada como en una prisión, por lo qiue estaba al borde de un grave desequilibrio psicológico. Ambas mujeres se despidieron con un beso en la mejilla y Victoria se perdió a lo lejos.
Sergio Rius guardó nuevamente aquella vieja foto familar en el cajón de la consola mientras pensaba que sus antepasados no sospechaban que al cabo de unos años aquel rígido modelo de vida.iba a cambiar como un calcetin vuelto del revés y los principios en los que habían creido generaciones enteras en la actualidad se iban a desdibujar dando paso a una época líquida y relativista; carente de referencias que repercutiría en las relaciones personales y políticas. Pues es obvio que un presente histórico siempre reniega de un ayer. Pero a pesar de todo siempre hay la .esperanza de un mundo mejor y más justo.
FRANCESC MIRALLES
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