ENCUENTRO (PARTE 2)

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... CONTINUACION

Ella seguía muy caliente y recostada sobre el asiento empezó a acariciarse los senos mientras me miraba. Sus manos fueron bajando hasta que encontraron su coño y con mucha suavidad se comenzó a masturbar. Cerro los ojos y emitió un ronroneo como de gata en celo.

Sin dejar de meter y sacar sus dedos de su coño, uso la otra mano para alcanzar mi miembro y mientras subía y bajaba volvió mi erección.

Decidí que no podíamos esperar a llegar a su hotel y viré a la derecha para entrar al primer motel que encontré.

Al encargado se le salieron los ojos al verla: blusa abierta, sin sostén, con la falda subida, una mano en su coño y la otra subiendo y bajando por mi miembro...

Sin inmutarme pague la habitación y metí el auto al garaje mientras se cerraba la puerta automática.

Bajamos del auto y mientras subía la escalera se saco la camisa y el sostén. Luego apoyando las manos en el escalón me ofreció su coño contoneando la cadera.

"Te gusta?, ven por el"

Wow que vista! Sus pies con tacones altísimos y sus piernas largas abiertas, entre ellas podía ver sus senos bamboleándose al ritmo de su cadera y la mejor parte, sus carnosas nalgas y su coño completamente empapado.

Me desnude bailando para ella y me acerque despacio a recibir la delicia que me ofrecía y sin más la tome por la cadera y de un golpe le metí todo mi miembro. "Ohhhh!" Exclamo, "No pares"

Estaba ardiendo por dentro. Yo seguí con el mete saca alternando la profundidad de las penetraciones y ella empezó a gemir. De pronto, ella se detuvo y subió corriendo las escaleras, haciendo que la persiguiera.

Se quitó la falda y se acostó en la cama con las piernas completamente abiertas. Yo la miraba desde la puerta y empezó a masturbarse de nuevo, chupo su dedo medio y lo metió en su coño y después acarició su clítoris. Con su mano libre se acariciaba los senos y se pellizcaba los pezones.

Por mi parte comencé a masturbarme. Fue un momento muy erótico, pues me masturbaba viéndola masturbarse.

Me dijo "ven y cógeme". Fui hasta la cama, me arrodille entre sus piernas y comencé a besar sus senos, mordiendo y chupando sus pezones, que delicia!

Después me monte sus piernas en los hombros y metí mi miembro en su coño mientras ella seguía acariciando y estrujando sus senos. Gemíamos y jadeábamos como animales salvajes.

Cambiamos de posición varias veces hasta que ella quedo sentada sobre mi y así podía jugar con mi miembro como si fuera un dildo.

Con sus labios vaginales acarició la cabeza de mi miembro, lo metió y saco de su coño y masajeo su clítoris con el. Después utilizo sus senos para acariciar mi miembro y por ultimo se acomodo para cabalgar sobre el.

Fue maravilloso verla revolviendo su cabello, estrujando sus senos, estimulando su clítoris, gimiendo y jadeando al tiempo que sus contracciones vaginales llevaban mi deseo hasta el limite.

Terminamos al mismo tiempo entre gritos de placer y empapados en sudor.

Fue un orgasmo increíble. Nos quedamos acostados hasta que recuperamos el aliento.

Después, me levante y entre a la ducha. El agua estaba tibia. Ella entro tras de mi, me dijo "Cierra los ojos". Obedecí y comenzó a enjabonarme la espalda. Me abrazo por detrás y pude sentir sus senos acariciando mi espalda y luego como comenzaron a bajar lentamente hasta mis nalgas, que deliciosa sensación!. La caricia era muy estimulante.

Luego sentí su mano pasar por entre mis nalgas, se tomo su tiempo para acariciar mi ano, luego mis testículos y después mi miembro. El jabón lubricaba la caricia por lo que fue muy placentera y volví a tener una erección.

Sin abrir los ojos tome un jabón y comencé a enjabonar sus senos, sentí como se endurecían sus pezones. Seguí dejando correr el jabón por su piel hasta llegar a sus nalgas, baje por sus piernas hasta sus pies y volví a subir hasta su coño, lo enjabone y lave con cuidado y después de enjuagarlo le di un largo lengüetazo en sus labios hasta llegar a su clítoris, provocando que se estremeciera.

Terminamos de ducharnos la envolví en una toalla y la seque. Yo tome otra toalla y me seque también. Deje la toalla y desnudo baje a recoger la ropa del suelo del garaje, cuando me agache recibí como premio, desde lo alto de la escalera, un fuerte silbido hubiera envidiado cualquier arriero.

Subí de nuevo y entre risas nos vestimos, salimos y la lleve a su hotel.

Me despedí de ella y me dijo que volvería en tres semanas a otra reunión.

"Ojalá nos veamos, mi "damo" de compañía" dijo guiñando un ojo a modo de despedida.

Yo sé que así será.


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