EL REGALO DE CUMPLEAÑOS

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(Irreverencias, 1)


EL REGALO DE CUMPLEAÑOS

Excitada como estoy, no me va a hacer falta el tubo de aceite lubricante que, como parte del sensacional regalo de cumpleaños, me ha entregado Pavel está mañana. Se lo agradecí con un intensísimo beso penetrante y un abrazo con arrumacos, presionando su entrepierna contra mi vientre y un frotamiento circular.

Hemos vuelto de la comida en Galindo después de una sobremesa regada con café, licores y los pastelillos con miel marca de la casa. Subiendo en el ascensor le he dicho, mirándolo con ojos de lince, "¿lo estreno para ti?" Con una risa cómplice ha emitido un suave "¡Uuuuhmmmm!", y me ha besado los labios.

Salgo del aseo después que él. Tiene el cabello revuelto y sus rizos humedecidos. Sólo lleva puesto un bóxer que marca sus genitales apretados contra la tela liviana. He salido de la ducha cubierta por mi albornoz rosa, lo entreabro y me observo desnuda. Acaricio mis pechos y hago círculos en mis pezones marrones y granulados que responden fielmente a mi calentura interior. Paso la palma de la mano por mi monte de Venus, que justamente ayer depile; está suave y liso como el de una colegiala. Al tocarlo siento la aparición del chispazo del deseo. En mi mente he visto la boca de Pavel, chupando entre mis labios y lamiendo el botón de mi clítoris como si se tratase de un caramelo. Seco con una toalla mi cabello corto y salgo del baño.

Llegó a la sala y Pavel está sentado en el sillón, frente al tresillo. Con gestos de exhibicionismo me desprendo del albornoz, enciendo la luz de la mesilla junto al tresillo y tomo asiento; de la mesilla echo mano del artilugio, el regalo que para mí placer me ha obsequiado Pavel. En su estreno, va a convertirse en nuestra celestina de gozo a dúo. Los dos reímos cuando lo acaricio.
Comienzo magreándome las tetas despacio, levantándolas y mostrándolas provocativamente. Las aprieto y pellizco los pezones que se ponen enhiestos y endurecidos. Miro el bóxer y contemplo la forma crecida del falo de Pavel, sobresaliente en pugna con la goma superior. Saco la lengua y llegó a los conos de mis mamas y paso sensualmente la lengua por los duros pezones tiesos; me los lamo, subiéndolos colocando mis manos como copa. Eso siempre me ha provocado un placer voluptuoso; también a él.

"Quítatelos", indico a Pavel el calzoncillo. Al bajarlos, su polla grande y gruesa salta al exterior. Conozco muy bien cada milímetro de esa carne cilíndrica, ardiente y suave. Está completamente erecta, con el glande brillante.

Cojo de nuevo el dildo y me lo llevo a la boca. Lo ensalivo y lo chupo repetidas veces. No es necesario, mi chocho está rezumando el flujo que sale entre los labios enormes de mi vulva, inundando el orificio. Me abro la rajita entre el pulgar y el índice, descubriendo mi gran clítoris y comienzo a circundarlo con la punta roma del consolador. Lo meto en el coño lleno de fluido e impregno con él la perla clitorea que se ha puesto erecta, endurecida y violácea. Inicio los pases por el clítoris, y lo meto y saco de la vagina.

Pavel se agarra la verga y juega con su capullo. "Quiero que lo mojes de saliva y te hagas una paja mientras me masturbo", le pido.

Los dos comenzamos nuestro juego, comiéndonos con la vista. Yo gimo y él jadea con el movimiento de masturbación. La polla está completamente mojada y se oye el sonido, el chip, chip de la masturbación, de sus dedos frotando la piel y toda la tranca. Yo meto a fondo el dildo y gimo de gusto. Es suave y ocupa todo el agujero de mi chocho; también suena con un fru,fru,fru. Pavel se levanta y se arrodilla frente a mí, para ver en detalle cómo me follo a mí misma. Observo que está a tope...y en eso con un gruñido se viene, se corre. Su chorro blanquecino de leche salta en el aire, me llega al vientre y discurre entre mis dedos; sigue vertiéndose a borbotones, en descargas que hacen subir y bajar su polla enrojecida. Él con los ojos cerrados jadea y saca la lengua entre los dientes. Yo aplicó el consolador a mi clítoris y lo giró enérgicamente hasta que también me corro y jadeó. Gimo, chillo de placer. Los dos respiramos agitados y agotados.

El regalo ha sido estrenado con éxito.


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