IMAGEN
Eran dos amigos sin calificativos. Sinceros, íntimos, unidos en la ola de sensaciones y emociones. Los dos se miraban a los ojos, desnudos, recostados en los amplios cojines. Ambos, simultáneamente, deslizaban, acariciaban, orbitaban alrededor de su carne suave pero erecta hasta que exhalaron a la vez las mieles del placer más sublime. Unieron sus manos mientras gemían placenteramente y jadeaban sonoramente.
Terminaron sintiéndose felizmente cómplices.
Él se reclinó sobre el pecho de ella, con sus largos cabellos cayendo por el costad. Ella sujetaba las piernas de él entre las suyas y las recorría con los pies.
Un soplo de brisa movía las blancas cortinas, y de cuando en cuando la silueta de alguna hoja fugitiva, caída de las ramas de los arboles del jardín en esa tarde del otoño emitía un suave susurro enamorado.
________
Escrito en las viajeras estrellas para que tú lo leas.
Comentarios
COMENTAR
¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales