Llegamos por la mañana, en el cementerio “Belu” ortodoxo, el más famoso cementerio de Bucarest, debido a que allá están enteradas muchas personas famosas: actores, cantantes, escritores, poetas (ejemplo Eminescu).
Nuestro tutor, que era también el profesor de música, nos pidió, cómo homenaje, a los que cantábamos en coro, cantarle:
“Vamos niña, vamos pajarita,
Duérmete ligero, duérmete sin miedo
Que te acaricie el viejo “Cuminte”
Y te cante suavemente
Duérmete en paz, pollita”.
En dos horas, el cementerio era lleno de estudiantes y profesores.
Nadie quería hacer clase en aquel día.
Vi a su madre. Estaba…
Me dijeron que le habían puesto tranquilizantes.
Cómo, si no?
Cómo podría soportar una madre la perdida de su hija? Que siente una madre que sobrevive a su hija?
Aunque se sabe, nunca puede estar preparada.
A Adriana (la difunta) habían vestido de novia , cosa habitual en Romania, a las jóvenes que mueren sin haberse casado.
Tenia una cara de muñeca: no parecía haber sufrido.
Su inocente cara, era más bien de una nena dormida.
Por suerte, por su familia, tenia una hermana.
Pero, los seres humanos son únicos!
Nadie los puede reemplazar.
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va a continuar...
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