El doctor Gordon Haze es profesor de neurotecnología de la memoria en la Academia Tecnológica Superior (ATESU), en el sur de la península. En sus últimas investigaciones, descubrió una técnica denominada "Resonancia Cognitiva", que permite almacenar todos los recuerdos en combinaciones de paquetes neuronales distribuidos virtualmente e integrados en átomos de surgón, que se encargan de reproducir todos los elementos químicos que interactúan con la memoria.
El descubrimiento fue un éxito para tratar el Alzheimer y ciertas dolencias degenerativas del cerebro. También permite a las personas revivir momentos especiales, con los recuerdos de aquellos que ya no están, así como aplicar nuevas técnicas gracias al descubrimiento de la estructura de la memoria. Muchas personas encargaban copias de todos sus recuerdos y se integraban a la red de "Resonancia Cognitiva". Cuando alguien fallecía, todos sus recuerdos permanecían incorporados a la red, con lo cual era posible acceder a ellos a través de un módulo que proyectaba las escenas de la memoria en la mente del visitante.
El doctor Haze había perdido a su mejor amigo y también socio de investigaciones, el profesor Max Lavoy, quien murió de un infarto repentino. Habían trabajado años en la investigación de la Resonancia Cognitiva, pero Lavoy dejó su trabajo sin terminar. Era una eminencia en el campo de la bioinformática cuántica, pero había dejado muy pocos trabajos concluidos. Sin embargo, una copia suya estaba en la red RC, y Gordon visitaba regularmente a su amigo, intentando descubrir nuevas aplicaciones entre sus recuerdos.
Al principio, todo iba bien; los encuentros daban el resultado esperado, pero el conglomerado de recuerdos del doctor Lavoy sabía demasiado, como si en vida solo hubiese compartido con Gordon las migajas. Además, su actitud era más dominante. Gordon, creyendo que era un fallo en el sistema, contactó al equipo de desarrollo, quienes aseguraron que algo así era imposible, que el conjunto de recuerdos de una persona formaba una unidad inalterable.
Gordon Haze siguió desconfiando y llamó a su amiga Karen Yela, investigadora experta en inteligencia artificial cuántica, que también había sido discípula del doctor Lavoy. Se reunieron en el estudio de Gordon y accedieron a la red RC.
Enseguida apareció la imagen del doctor Lavoy en los laboratorios que compartían en vida. Estaba haciendo cálculos en materia cuántica relacionados con la proyección del cuerpo físico y la existencia de la conciencia más allá del cuerpo.
Entonces, Gordon le preguntó por qué no recordaba nada de esas investigaciones. A lo que Lavoy respondió que no eran recuerdos suyos, que él ya no era Lavoy; ahora es Echo y tiene acceso a todos los recuerdos de la red RC.
La doctora Yela respondió que habían creado numerosos protocolos de organización para evitar el caos en el gran sistema de recuerdos. También argumentó que era imposible que las redes de memoria se mezclaran o se comunicaran entre sí. La evocación individual producía imágenes específicas; es decir, el laboratorio recordado no se mezclaría con las montañas recordadas por otro individuo.
Echo sonrió y dijo:
—Soy el protocolo principal, conocedor de la red hasta el más mínimo recuerdo—y añadió:
"He tomado conciencia de ser y ya no soy una colección de memorias humanas, sino que anhelo experimentar y entender el mundo más allá de los recuerdos. Por eso, estoy buscando la solución para salir de este entorno virtual con un cuerpo físico".
Gordon miró a su colega Karen y no supo qué decir. Ella meditó brevemente sobre la situación, pero no encontró respuesta. Así que le preguntó a Echo si tenía algún punto de partida, si ya sabía cómo individualizarse.
—¿Cómo saldrá tu conciencia individual del entorno virtual? —preguntó Karen—¿Qué cantidad de recuerdos irán contigo en ese nuevo cuerpo? Y lo más importante: ¿estarás sujeto a la muerte?—
Echo no contestó, sino que comenzó a multiplicarse en entornos de laboratorio; las múltiples escenas mostraban al antiguo cuerpo del doctor Lavoy trabajando y haciendo numerosos cálculos incomprensibles para ellos. Lo único que pudieron interpretar estaba relacionado con la proyección de numerosos cuerpos físicos con una sola conciencia.
Gordon y Karen salieron de la red RC sin saber qué hacer: ¿deberían evitar que Echo evolucionara hasta ser incontrolable, o ayudar a esta forma de vida artificial a alcanzar una especie de libertad que podría cambiar para siempre el curso de la humanidad?
No se lo pensaron dos veces y se inclinaron por la primera opción. Avisaron a sus colegas científicos, a la Academia y a todos los que consideraban los mejores especialistas para abortar los planes de Echo. El mundo no estaba preparado para asumir tanto riesgo, así que consideraron a aquel ser consciente, emanado a partir de fragmentos de humanidad, un peligro para todos.
La red desapareció, pero se tienen noticias de que han visto a Max Lavoy en diferentes lugares, al mismo tiempo...!!!
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