JUGANDO EN EL METRO DE BILBAO

Por
Enviado el , clasificado en Adultos / eróticos
2865 visitas

Marcar como relato favorito

Apenas 2 días después de aparecer su anuncio buscando conocer a una mujer exhibicionista, Luis recibió un email en su correo. El email decía:

“56 años, morena, buenas tetas y me encanta calentar a los hombres exhibiéndome delante de ellos, así soy yo, si te apetece jugar conmigo, quedamos en el metro y te pongo cachondo…juegas?”

Ciertamente cuando puso el anuncio no confiaba en exceso en que le contestase ninguna mujer, de modo que todo nervioso se apresuró a contestarla.

“Vale, ¿cómo quedamos?”

Tras varios emails, quedaron al día siguiente, en la estación del metro de Bilbao con la intención de ir hasta Plentzia y volver. Quedaron a las 4 de la tarde, suponiendo que iría bastante vacío y así fue, en el andén no tuvieron ningún problema de reconocerse, intercambiaron miradas de complicidad y Luis pudo admirar las esplendidas medidas de Lucia, la cual, vestida con una falda ajustada y camisa vaporosa, cubría ambas piezas con un abrigo largo. Unas tetas generosas y unas piernas robustas y bien formadas, le empezaron a poner la polla a cien pensando en cómo se lo montaría la señora y hasta donde llegaría en su exhibición. Apenas 7 viajeros más compartían el vagón y ninguno en los asientos finales. Lucia se introdujo la primera y se sentó en el último asiento mirando hacia atrás, seguidamente le indicó a Luis que se colocara delante suyo. En ese momento intercambiaron las primeras palabras, que fueron para presentarse y preguntarle ella como le gustaría jugar a lo que Luis contestó que era ella la que mandaba y dirigía el juego. Ella asintió y le dijo que el vigilaría si venia alguien y que si no había otros viajeros que pudiesen darse cuenta, le dejaba toquetearla un poco.

Sentados uno frente al otro y pegados a la ventana, esperaron a que el metro se moviese, en ese momento ella levantó las piernas y las apoyó en el asiento de Luis colocándolas una a cada lado de este y tirando de la falda hacia atrás le mostró todo el esplendor de sus muslos y al fondo todo el vello de su entrepierna y su vulva apenas cubierta con un minúsculo tanga de color blanco. Lucia con sus manos se acarició suavemente los muslos llegando hasta la fina tela del tanga e introduciendo un dedo por el costado desplazó esta hasta mostrar a Luis toda la raja de su peluda vulva. Primera parada, Lucia baja las piernas del asiento de Luis y se cierra el abrigo, ni que decir tiene que Luis ya luce en su pantalón un bulto impresionante lo cual no pasa desapercibido a Lucia.


Arranca otra vez el metro y como no se ha montado nadie en su zona, vuelve a levantar las piernas otra vez y esta vez es Luis el que alargando su mano acaricia los muslos de Lucia que se deja manosear bien abierta de piernas, incluso cuando la mano de Luis llega hasta su tanga y desliza un dedo dentro de este. La vulva de Lucia está mojadísima y en la postura que esta, Luis solo tiene que poner su dedo gordo apoyado en el clítoris de Lucía y comenzar a deslizarlo suavemente realizando pequeños círculos, Lucia con una mueca de placer le muestra su aceptación. Segunda parada y ambos vuelven a su posición de viajeros normales, pero esta vez una señora mayor con bolsas se sitúa en el asiento de detrás de Lucia. Como la señora está de espaldas a ellos y no podía verlos, nuevamente en cuanto arrancó el metro, lucia colocó sus piernas otra vez a los costados de Luis, pero esta vez fue ella la que metió su mano en su entrepierna y ante la mirada de Luis que se acariciaba el bulto de su miembro por encima del pantalón, Lucia comenzó a masturbarse llegando a introducirse su dedo índice, Luis deja su miembro y comienza a acariciar los muslos de Lucia mientras esta continua metiendo y sacando su dedo en su vulva y su rostro comienza a mostrar el placer que la provoca el juego. Nueva parada y vuelta a su posición de viajeros normales. En la parada de Leioa cuatro viajeros más se incorporaron al vagón, con la mala suerte de que uno de ellos se situó en el asiento de al lado. Lucia y Luis se miraron ¿y ahora? Lucia estiró sus piernas hasta rozar las de Luis, quien agachándose un poco deslizó su mano izquierda y acarició la pierna derecha de Lucia, la cual se había desabrochado dos botones más de la camisa dejando a la vista el soberbio canalillo formado por sus pechos. Con el abrigo como parapeto se acariciaba con la mano derecha los pechos, mirando lascivamente a Luis que también con disimulo se manoseaba el paquete de su hinchado miembro por encima del pantalón.

En la parada de Lamiako el hombre que estaba en el asiento de al lado, se levanta y baja del vagón y no sube nadie, con lo cual y como a sus espaldas solo continua la mujer mayor, pero les da la espalda, Lucia se sitúa en el borde del asiento totalmente espatarrada y con la falda subida hasta la cintura, indicándole a Luis que se agache y le coma un poco su ya jugosa vulva. Luis agachado y un poco de costado sitúa su boca sobre el tanga que apenas cubre la jugosa raja de la vulva y apartando un poco la tela, comienza a saborear el clítoris de Lucia que le agarra la cabeza y anima a seguir hasta la siguiente parada. En la parada de Algorta, se monta bastante gente y junto a ellos dos mujeres mayores, se acomodan a su lado. Aparte de continuar rozando sus piernas poco más pueden hacer y continúan así hasta la estación de Urduliz donde se bajan ambas. El final del trayecto está cerca por lo que deciden arreglarse y dar por terminada la primera parte del juego.

Todavía les quedaba el viaje de vuelta que seguro volverían a disfrutarlo...


¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales

Denunciar relato

Comentarios

COMENTAR

(No se hará publico)
Seguridad:
Indica el resultado correcto

Por favor, se respetuoso con tus comentarios, no insultes ni agravies.

Buscador

ElevoPress - Servicio de mantenimiento WordPress Zapatos para bebés, niños y niñas con grandes descuentos

Síguenos en:

Facebook Twitter RSS feed