OFICIALMENTE DESAPARECIDO

          OFICIALMENTE DESAPARECIDO

  Ramiro se sentía ajeno a sí mismo desde hacía mucho tiempo. Nanda, su pareja había ido acaparando todo el tiempo de Ramiro y éste había paulatinamente pasado de la pasividad a la asfixia, y de ésta al deseo de liberación absoluta de las cadenas de aquella relación alienante.
Una mañana de sábado, haciendo limpieza en el desván, había recuperado un manojo de cartas que le envió Rosalba, su primera pareja. Sentado en el suelo de madera fue leyendo una a una y la nostalgia le fue embargando.
A los pocos días, Ramiro buscó el teléfono vde Rosalba y la telefoneó. No tenía pareja y tampoco tenía hijos, igual que Ramiro. Quedaron en verse para tomar un té juntos. La conversación reveló a Ramiro el gran error de romper la relación. Rosalba seguía enamorada de él y la antigua chispa rebrotó en el vacío corazón de Ramiro.
Un mes más tarde, Ramiro y Rosalba salieron en un vuelo hacia Jamaica llenos de ilusiones de futuro. Nanda leyó sin poder dar crédito a la nota que Ramiro dejó una mañana en la mesa de la cocina: Dame por oficialmente desaparecido.
Después de unas semanas de dudas, incertidumbre, rabia y miedo, Nanda decide contratar un detective privado para encontrar respuestas. La idea la aterraba y la excitaba al mismo tiempo. "No esperaba ésto de él... ¿por qué se había ido sin más, dejando ese mensaje..?
Al final, la necesidad de conocer la verdad, superó el miedo y acudió una fría mañana a la oficina de un investigador privado para exponerle el caso, enseñándole la nota que Ramiro había dejado tras su desaparición.
El detective, un hombre de mediana edad, la escuchó con atención y anotó cada detalle; "no quiero que se entere, sólo quiero saber dónde encontrarlo", enfatizó con voz temblorosa. El investigador asintió con la cabeza, asegurándole discreción absoluta y resultados en unas pocas semanas.
Los días fueron pasando y Nanda se encontraba ansiosa, analizando una y otra vez los últimos meses al lado de Ramiro, sus conversaciones, sus gestos, las reacciones de ambos, dándose cuenta de que ninguno de los dos era feliz desde hacía tiempo en esa relación.
Las horas se estiraban y parecían durar el doble de lo normal y cada vez que el teléfono sonaba, su corazón daba un vuelco y se aceleraba anhelando respuestas.
Finalmente, una lluviosa tarde, el detective contactó con ella y la citó en su oficina. "He encontrado a su pareja, lejos de aquí". Nanda sintió que se ahogaba. "Está viviendo en Jamaica con una mujer". Tras esta afirmación del investigador, el mundo de Nanda se detuvo por un momento. Las imágenes se agolpaban en su mente, mezcla de rabia y tristeza. Con voz temblorosa dijo, "¿Puede darme su dirección?". El detective le pasó un informe detallado con todas las averiguaciones y también con sus honorarios.
Nanda al llegar a casa, cogió su pluma y comenzó a escribir.
"Me he decidido a escribir esta carta porque quiero preguntarte algo. Durante estas semanas he reflexionado mucho sobre nuestra relación y he llegado a la conclusión de que ninguno de los dos nos amábamos de verdad. También pienso que todo el mundo merece una explicación, y el dejar incertidumbre, como tú has hecho, no es lo mejor en estos casos. Puede que yo no haya estado abierta a escucharte en determinadas ocasiones, pero lo que sí te digo es que te he querido, aunque las cosas no hayan salido como esperabamos.Te pediría fueras honesto conmigo y me contestaras esta carta expresando abiertamente tus motivos para hacer lo que hiciste, y que yo pueda llegar a entender el por qué desapareciste sin dar una explicación. Sería lo más maduro y permitiría que ambos pudiésemos seguir con nuestras vidas."
Cerró la carta con lágrimas en los ojos y la envió antes de arrepentirse y romperla en pedazos.
Después, sin esperar respuesta, intentó seguir con su vida.