Carla y su peculiar sopa de pezuñas
Por El Manso Embravecido
Enviado el 29/11/2024, clasificado en Humor
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Carla es una cachonda mental y decidió gastarle una broma a su marido, este se llama Manolo. Aprovechando que es 28 de diciembre, el día de los Santos Inocentes, Carla ideó un plan para echar unas risotadas.
En una palangana de agua caliente remojó sus pies unos minutos. Después se fue cortando las uñas, aprovechando que estaban blanditas. También se cortó las uñas de las manos y las depositó en el interior de la palangana. El agua estaba muy turbia ya.
Ideó añadirle algún ingrediente más a aquel potaje y entonces recordó que debía rasurarse las piernas y los sobacos. Ya le tocaba. Todos los micropelos de aquel afeitado los recogió y los echó en la palangana.
Después vació el agua de la palangana con las uñas y los micropelos en una olla y la puso a calentar. Le fue echando los ingredientes propios de una sopa: carcasas de pollo, unos puñados de fideo fino y algo de sal. Dejó que hirviera un tiempo y luego lo puso a reposar.
Cuando llegó Manolo, su marido, Carla le sirvió la comida.
--Mmmm, ¡qué rica te ha salido la sopa hoy! Tiene más consistencia, un regusto no sé a qué --dijo Manolo.
Carla estaba roja de la risa, casi no podía respirar. Manolo le pregunta:
--¿Qué pasa? ¿A qué viene tanta risa?
El hombre había acabado el plato ya y se estaba sirviendo otro. Carla no pudo aguantar más y le contó la inocentada.
--Pues sabes qué --comenta Manolo-- que a partir de ahora quiero que me hagas más esta sopa de pezuñas. Es exquisita.
Lo que empezó siendo una broma, acabó siendo el plato estrella en el hogar de Carla y Manolo... pero eso sí, solo para él.
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