La nobleza de las palabras

En una gran ciudad, el silencio reinaba y las palabras se habían vuelto un lujo olvidado.

Un joven inmigrante, al pasar por un mercado, escuchó a una anciana llorar. Se acercó con voz temblorosa, y le ofreció una frase reconfortante.

Él no sabía que ésto liberaría un torrente de emociones que habían permanecido cautivas durante años, y la gente al escuchar aquellas palabras sencillas, se unió en un murmullo de relatos compartidos y risas olvidadas. 

Con cada historia, la nobleza de las palabras renació en el corazón de todos. Y así, esa ciudad que había vivido en la penumbra, aprendió a comunicarse de nuevo, descubriendo que la belleza de la vida reside en la conexión que se teje entre las almas.