El amor es una de las cosas más complejas de entender y quizá nadie sea capaz de comprenderlo en su totalidad, puesto que cada uno ama como persona humana que es y no hay dos personas iguales. Tal vez, por eso, haya opiniones para todos los gustos sobre un tema tan abstracto, tan profundo y tan deseado por todos.
¿Existe el amor romántico para toda la vida o solo existen las ganas de que sea así?
La respuesta a esta pregunta con un monosílabo sería insípida y poco estructurada, tanto en el tono afirmativo como en el negativo...y yo digo: ojalá fuera tan fácil responder así y quedarse tranquilo.
Si preguntamos a lo más profundo de nuestro ser, a la parte más instintiva de nuestras emociones, nos daremos cuenta de que no sabemos responder bien a esa pregunta y nos invade una lucha interna de poderes, de imponer la razón por delante de las sensaciones, pero a la vez con sentimientos encontrados de que hay algo que se te escapa.
Si analizamos si existe el amor para siempre, desde el amplio abanico de lo que es amar, podríamos responder que sí, ya que igual que amas a tus hijos, pase lo que pase, cabe la posibilidad de que ames a tu pareja para toda la vida. Ese ser que comenzó siendo un extraño en tu vida , en el que tú depositaste tu confianza y él en tí, de tal manera que llegó un momento en el que dejó de ser un extraño para convertirse en tu familia. Lo que cambia seguramente aquí con el tiempo sea la etapa evolutiva de ese amor, que cabe la posibilidad de que siga siendo romántico.
¿Puede ser eso cierto?
Hace unos años en el 2012 una universidad de Nueva York realizó un estudio (" Neural correlates of long-term intense romantic love") en el que demostraron que había parejas que tras llevar más de 20 años de relación, tenían activadas y con la misma intensidad que parejas que acababan de conocerse, áreas cerebrales relacionadas con la recompensa/satisfacción y motivación.
Esto, es bien sabido por todos nosotros que no siempre es así y que el amor se enquista y no avanza, o sencillamente lo que creíamos que era amor no lo era, pero ahora se sabe con una base científica que no es imposible o no es un categórico no o una simple invención de los románticos.
Asimismo, y ya que la ciencia no puede explicar la totalidad de los acontecimientos de nuestra vida, quedan muchas incógnitas por resolver y seguramente nunca ningún ser humano sea capaz de explicar en su totalidad el misterio del amor romántico y lo que hace que en ocasiones sea para toda la vida .
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Del amor romántico al amor sexual.
Es significativo el uso del lenguaje en la expresión del sentimiento amoroso. Decimos mi vida, mi cielo, tesoro, corazón, vida mía. Y lo decimos con una intensidad que brota de lo más profundo de nuestro ser. Se dice, muero de amor, me muero por ti, sin ti me moriría, no sé vivir sin ella; incluso se cuenta de quienes han muerto de amor o por el amor frustrado.
Se ha comparado el amor a la enfermedad, a estados febriles y patologías mentales.
¿Hay fases en el amor? ¿La famosamente extendida fase de enamoramiento? ¿Decae el amor, se apacigua, se estanca, se transforma? No es fácil, como decía un poco más arriba, responder en términos generales.
Lo que es evidente es que en el amor hay una parte importante que es el ardor, el deseo y la pasión sexual; tal vez, sea inclusive su verdadera base, su esencia. La necesidad de fundirse físicamente con la persona amada constituye el objetivo de querer estar cerca de quien amamos; queremos, y así se dice, ser parte del amado o amada. Aunque el amor es una decantación sobre otros cuerpos que se pueden desear sin llegar a ese punto.
El enamorado está constantemente en nuestro pensamiento, deseamos y nos hace felices compartir con él o ella todo, desde el momento del despertar al de ir a los sueños nocturnos.
Posiblemente, entender que el amor romántico es la parte declarativa del amor sexual nos serviría para penetrar en ese arcano de todos los tiempos y de todas las culturas.
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