Avión

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Realicé el embarque, busqué mi asiento, estaba perdida en mis pensamientos mirando por la ventana en la espera de despegar, cuando noto que una persona se sienta al lado, no presté atención, escuché las instrucciones, cerré los ojos para descansar, en lo que sentía el avión elevarse…

Cuando sentí el suave roce de una mano en el costado de mi muslo, no le tome mayor atención, cuando mire a mi lado, y estaba un joven acomodando él apoya brazos, con una bella sonrisa, me comenzó a hablar, el viaje no sería corto, sin mucho ánimo respondí un tanto cansada, pero la energía que emanaba era contagiosa, después de un rato de vuelo, me acomode para dormir, me pregunto si se podía apoyar en mí, la verdad no me molestaba la idea, sentí nuevamente el roce tímido de su mano cerca de mi pierna, al mirar vi que solo éramos nosotros dos, en una línea de 3, y que está vez me había tocado en la última fila del avión, por un cambio de último minuto de mi asiento, ibas tapado con una colcha, con la cual me ofreciste abrigo al ver que tenía un poco de frio, tu mano se sentía cálida sobre mi pierna, llevamos alrededor de tres horas quizás un poco más entre charlas y descansos, cuando tú mano encontró lo que buscaba, esa situación comenzó a excitarnos, la luz del avión en la noche, la tranquilidad del ambiente, nuestra extraña cercanía, podía sentir el roce al subir y bajar tu mano sobre mi ropa, tu cabeza aún en mi hombro, tu mano apretó mi seno, un temblor recorrió mi cuerpo, sentí como liberabas los botones, tu mano se sentía fría en el calor de mi cuerpo, tus dedos recorrían humedeciéndose a su paso, yo solo trataba de no gemir para no llamar la atención, al estirar mi mano pude sentir como estabas duro bajo la ropa, eso me excitaba aún más, corriste mi mano, y mordiste mi seno sobre la ropa, mordí mi lengua para aplacar el gemido, te acomodabas cada que veías venir a una asistente de vuelo, para no llamar la atención, mi excitación estaba en las nubes, y pude notar como mi ropa se humedecida al irme en tu mano…

Ahora te tocaba a ti, te sentaste correctamente, y yo me recosté en ti, mi mano acariciaba sobre tu ropa, hasta liberarte de tu cinturón y abrirme paso entre tus ropas, el olor a tu cuerpo era divino, mi mano comenzó a subir y bajar repartiendo tu humedad, mis labios se morían por probarlo, pero no se podía, sentía como tú cuerpo temblaba, y ahogabas tus gemidos, lo sentía cada vez más grande en mi mano, antes de hacerte venir pare, se acercaba alguien, aprovechamos esa oportunidad para buscar papel, te cubrí con él, y proseguí el juego, se sentía latente entre mis dedos, y pude sentir como te ibas, mojando todo el papel, nos acomodamos la ropa…

Y sólo nos acomodamos para descansar el resto del vuelo…

Nos despedimos al bajar…

Sin números, sin apellidos, solo dos desconocidos más…


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