Un sábado por la tarde de finales del siglo pasado Gloria Arrimadas que era una mujer morena de cabello corto; alta y corpulenta, la cual era a su vez una administrativa que trabajaba en una Gestora, había quedado citada a través de su movil con un amigo de su prima Isabel al que apenas conocía llamado Esteban para salir aquel mismo día
Sin embargo Gloria mientras iba a la cita no podía evitar sentii que sus piernas flaqueban, que sus manos sudaban, a la vez que en su vientre parecía que revoloteaban mariposas enloquecidas; y todo ello le producía una angustia indescriptible, por lo que ahora se arrepentía de haber aceptado aquel maldito encuentro con el amigo de su atrevida prima. ¿Qué podría decir ella a aquel hombre? Quizás no le saliesen las palabras y el tal Esteban la tomaría por una tonta; hasta fuese posible que se riese de ella. ¡Mejor hubiese sido no haber salido de casa! - pensó Gloria-..Esta msma sensación de fracaso social, de falta de seguridad en si misma ante un desonocido la mortificaba cada vez que tenía que hablar a sus superiores en la empresa. Claro que la timidez de Gloria no existiría si no sufiriese de una baja autoestima; pues la joven sólo se centraba en sus defectos y apenas reparaba en sus muchas cualidades. Era como ver la botella medio vacía y siempre creía que los demás eran mejores que ella.
Cuando Gloria llegó por fin a su destino, que era la entrada de un hotel donde la espeeraba Esteban vio que éste era un sujeto tan alto como ella. Ambos se saludaron con un débil apretón de manos sin que la mujer se atreviese a mirarle de frente,lo que podía causar una mala impresión. Seguidamente Esteban la invitó a tomar una copa en un PUB en el que había un señor tocando el piano música melódica.
Poco antes de llegar a aquel sitio Gloria se percató de que su acommpañante le hablaba con gran naturalidad; era como si la conociese desde siempre, lo cual le produjo una cierta envidia.
Una vez dentro del local y haberse acomodado en torno a una mesita frente a una gin-tónic, Esteban para romper el hielo le preguntó si le gustaba su trabajo.
- Sí... bueno... Es un trabajo bastante rutinario- respondió Gloria con un hilo de voz.
- Oye. Cuando tu prima nos presentó no me di cuenta de lo bonitos que son tus ojos - expresó él.
- Ah. Gracias Pero mis ojos son muy corrientes. No tienen nada especial - repuso Gloria, mientras se ruborizaba en grado sumo.Pues deseaba salir de allí corriendo Pero si lo hacía sabía que se iba a arrepentir durante mucho tiempo. .
- Perdona que te lo diga. Pero creo que tú eres una persona tímida ¿verdad? - le dijo Esteban.al ver su tensa actitud.
-¡Uf...! Sí, mucho! No lo puedo remediar - admitió Gloria.
·"¡Vaya, éste ya ha se ha dado cuenta de mi defecto¡" - se alarmó la chica.
- Pues ya somos dos.
-¿Tú tímido? No puede ser. No me lo creo.
-Sí. Aunque no lo creas así es. Es que yo trato de sobreponerme a esta emoción y me cuesta una barbaridad. Es como si nadase a contracorriente en un río de aguas turbulentas- confesó Esteban-. Este dominio de la inseguridad interior se adquiere poco a poco, con la práctica, arriesgándose en conocer a la gente, hasta que se coge el hábito.Pero también ayuda a ello hacer ejercicios de Relajación, aplicando lo que se llama el Teatro Mental - explicó Esteban-. Por ejemplo mientras estás relajada imaginas que te enfrentas a una situación que te produce turbación durante varias veces, hasta que llega un mmeento en que dejas de sentir este temor. Luego lo aplicas a la vida real y puedes constatar que te enfrentas sin problemas a dicha situación..
- Que interesante. ¿Y así tu crees que se deja de ser tímido?-inquirió Gloria.
- No. no del todo. Pero sí que se puede dominar bastante a esta emoción, y no que te domine ella a ti - respondió él-. Piensa que muchos inelectuales, sobre todo actores y actrices de teatro si se dedican a esta profesión es en gran parte para ocultar su verdadera manera de ser detrás de.los personajes que interpretan, y así autocompensarse de este nefasto sentimiento mediante el aplauso del público, que les devuelve el amor propio; o en muchos casos su egocentrismo. De una manera o de otra se trata de sacar fuerzas de la flaqueza para poder seguir viviendo. Esto que mucha gente dice que uno es como es y ya está, es una estupidez, porque de ser así nadie se esmeraría en nada, y todo sería un caos.
- Ya, ya...¿Pero y tú qué? - quiso saber Gloria que ansiaba sentirse identificada, comprendida por aquel tipo y así notar que no estaba tan sola en medio de la sociedad, dado que la amistad, el amor empiezan compartiendo un mismo estilo de vida.
-¿Yo? - expresó Esteban con una media sonrisa-. A mi también me temblaban las piernas frente a una bella mujer; se me secaba la boca y mi mente se me queaba en blanco y no acertaba a decir más que cosas sin sentido y sin gracia alguna.
- Yo sé lo que es éso.
- He perdido muchas buenas oportunidades con las mujeres por culpa de mi timidez, porque la realidad es que ellas siempre han querido al sujeto atrevido, al fanfarrón, al torero y al chistoso. Pero también se me han escapado oportunidades de trabajo. En muchas entrevistas de algunas empresas que requerían a personal decidido para tratar con los clientes a mi no me veían demasiado brillante para desempeñar esta labor.
- Es que quizás este no era tu camino - dijjo Gloria.
- Pues ahora que lo dices, es posible que tengas razón. Lo cierto es que por esta maldita timidez, he sufrido mucha soledad y mucha incomprensión por parte de los demás.
CONTINUA
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