Vieja depravada
Por Verga morcilla
Enviado el 23/12/2024, clasificado en Adultos / eróticos
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La banda de las devora pollas demoniacas parte I
Mi novia es dominada por una ex-cirujana demente, que escapo del Centro Psiquiátrico de máxima seguridad e Instituto para la defensa de los derechos e igualdad de la gente con pene pequeño o vagina grande como cacerola, Dr. forma una banda integrada, novias lesbianas abuelas sádicas, putos degenerados y travestis alimentados a carne de pija o huevos al natural, mientras se cogen a viejos homosexuales o los hacen su cena.
Conocí a mi esposa cuando estaba con su novia, una gorda gigante, tetona que se pasaba mirando vergas o vulvas, se tocaba y en sus ojos se reflejaba un hambre sexual paranoico, maligno, demencial. La osa, borracha, le ponía las tetas en la cara, le tocaba la concha, y me pajeaba mientras yo le dedeaba el ano.
A bordo de un calamitoso taxímetro, camino a mi apartamento, le toqué debajo de la falda a la gorda, buscando su concha que la imaginé como un sapo toro, gordo, bocón, y con olor a pantano. Noté que tenía una verga erecta y unos huevos largos, pesados, peludos, como los un gorila u homínido ancestral. Pensé que eran falsos, pero no lo eran, hasta que la masturbé y descubrí que tenía vagina, pene y huevos.
Sus pechos y culo, una verdadera delicia barroca, eran de mujer, ordinaria, puta y turra si, como me gustan bah. pero los exógenos órganos reproductivos masculinos (la verga dura como media de albañil), al agarrar esa viga de carne vi la sutura, se lo chupe, para evitar miradas inquisidoras, pero si, es una sutura intradérmica continua, recordando el Manual Suturas, ligaduras, nudos y drenajes, capítulo 8... no estuve seguro, que rígido al tacto, se siente como pinchos medite, y la gorda suéltame la verga puto de mierda, me dejo cavilando...
Ahí Mónica abrió la puerta, vómito y rodo calle abajo, del pedo que tenía, entre agua cloacales y mugre, y mierda. mientras dos perros fornicaban con cara de yo Argentino.
El conductor del taxi se sacó la verga semi dura y comenzó a pajeársela. Mónica avanzó y se la chupó. La gorda, loca del pedo, el la calentura y 35 gramos de clorhidrato de cocaína, grapa miel, y un chorizo de carro, sacó una herramienta cortante, que en la obscuridad no pude definir y le cortó la verga al ras, que callo, como un fruto podrido de un árbol caliente y pajero.
Luego la gorda se cogió a la morocha con el miembro sangriento y chorreante. del señor taxi driver, ya semi desmayado, pero moviendo su mano en sentido masturbatorio, víctima de una penectomia medieval.
Yo chupaba las conchas mientras el viejo gritaba y se masturbaba en el aire, pensé y valga la redundancia, "el síndrome del miembro fantasma" es aquel que aqueja a las personas amputadas meditaba , mientras degustaba los efluvios babosos mezclado con orín, squirt y el de el Lo dieron media vuelta y lo comieron. Las travestis le cortaron las bolas y lo vejaron. La verga la tenía dura, cortada de raíz y me miraron blandiéndola como navajas. Ella se montó sobre mí, y puse mi cara para chupar pija, huevos, concha y clítoris. En una plaza, bajo la luz de un farol, el taxista, un anciano que usaba calzas justas y una bikini, tenía una verga de carne y dos huevos de viejo, con un escroto flácido. Luego le partieron el culo al viejo. Había unos travestis que se sumaron y se lo cogieron, lo cagaron en la boca, lo mearon, escupieron y vomitaron vino. Le cortaron las bolas y se las comieron. Luego lo vendaron y lo subieron al taxi. El taxista fue canibalizado; la verga y las bolas de caravana le quedaban muy lindas.
En la mañana, se sentaron en mi cara, y apareció un travesti o vieja gigante cuya verga llegaba hasta las rodillas. Hacían cola para mamarla; aberrante.
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