Carta de un preso a su esposa
Por El Manso Embravecido
Enviado el 23/12/2024, clasificado en Adultos / eróticos
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Mi querida y adorada Rebeca:
Te escribo esta misiva porque necesito desahogarme con alguien y con quién mejor que con la pareja. La cárcel no es fácil para un corrupto de derechas de barrio pijo. Mi nombre, Borja, tampoco ayuda a que me teman y me guarden respeto el resto de los presos.
No me quedó más remedio que someterme al macho alfa del pabellón, convertirme en su putita. Yo pensaba que así, de esta forma, evitaría por lo menos las violaciones en grupo. Pero Jack, que así se llama el malote mafioso de mi unidad, más que comportarse como mi hombre se comporta como mi proxeneta.
Tiene a unos veinte maromos, entre ellos a mí, trabajando para él. Nos vende al mejor postor. De 500 hombres que hay en el módulo, yo ya tuve que acostarme con 1/5 parte, o sea, con 100. Incluso algún carcelero recurre a los servicios que oferta Jack.
Te cuento esto para que lo pongas en conocimiento de las autoridades, no para que te pongas cachonda y te masturbes, ¡que nos conocemos!
Por cierto, en el último vis a vis que tuvimos, me comentaste que un solo encuentro al mes conmigo te sabe a poco. Necesitas buscar algún amante ocasional con el que entretenerte y con quien apagar tu fuego interno. Lo comprendo. Pero no te traigas la vagina cargada de esperma de ellos. Cuando te hice el cunnilingus de rigor me llegaron a la boca algunos restos de semen. Bastante líquido seminal me tengo que tragar aquí, para que encima me traigas más de fuera, de contrabando, en el interior del chocho, cariño.
En tu última epístola me comentas que te viste obligada a acostarte con Álvaro (el presidente comarcal del partido), que te amenazó con pruebas con las que podría enchironarte. Lo curioso es que acabaste siendo más amante de Olaya, su mujer, que de él. Es un secreto a voces el que la pertenencia de Olaya al sector ultracatólico del partido es más una careta. A ella la pierden demasiado las almejas.
Me quedan 3 años de prisión. Si no me sacas de aquí pronto, para cuando salga (allá por el año 2028), mi vida ya no será igual. Me está empezando a gustar el calzarme unas buenas vergas por la boca y por el culo.
Hace cuatro días, uno de los carceleros me petó con tal fuerza la garganta con su enorme tranca, que me hizo saltar un empaste dental. Me estoy convirtiendo en todo un experto en la especialidad de tragasables. Cuando nos veamos fuera tendremos que hacer alguna competición, uno enfrente del otro (cada uno con su polla), a ver quién lo hace mejor y deja mejor servido a su amante.
También supongo que tú te estarás convirtiendo en una buena experta en cunnilingus. Con respecto a coños yo me estoy quedando un poco rezagado. Probar tu berberecho solamente una vez al mes me sabe a poco. Me sabe bien, pero a poco. Pero insisto, no me lo traigas adobado en esperma de otros. Otra cosa es tu menstruación. Si el vis a vis coincide con tus días de regla, pues habrá que tragar, nunca mejor dicho.
Tus epístolas me gustan más que las de San Pablo. En la última que me enviaste entraste en todo lujo de detalles sobre cómo te lo montaste con Olaya. No me la imaginaba con el conejo rasurado, la verdad. Las dos sois de mediana estatura y delgadas. Os acoplaríais muy bien montando el 69 y haciendo la tijereta.
Las dos sois muy recatadas vistiendo. Nada de escotes ni faldas demasiado cortas. Imaginaros con un arnés con pene de látex, follándoos (unas veces tú haciendo de macho y otras veces ella), pues me provoca un gran morbo.
Vuestras largas melenas os sirven de velo. Coqueteáis y jugáis con ellas. La sensualidad con la que os desmelenáis eleva vuestra libido y le da más clase al encuentro.
Álvaro en ocasiones participa en vuestras juergas. Ha conseguido lo que yo nunca pude, convencerte para dejarle entrar por la puerta de atrás. Cuando salga de aquí, quizás seas tú la que entre por mi puerta de atrás, utilizando uno de esos consoladores de los que usas con Olaya.
Tus aventuras son muy románticas, nada que ver con los “encuentros amorosos” que yo sufro por aquí. Hace un par de días un macarra barriobajero, mientras me rompía el culo con saña, me decía:
--Todos los liberales y democristianos en verdad sois unos fascistas maquillados de demócratas. Solo admitís el sufragio universal si de él salen opciones que no pongan en peligro vuestros privilegios de clase. Si el pueblo vota por una opción que ponga en riesgo vuestro estatus social, os la ingeniáis para dar un golpe de Estado y que la Comunidad Internacional (que es un club de burgueses y aristócratas), os avale. Los hombres refinados, cultos, tenéis un cierto amaneramiento que conseguís ponerme muy palote. ¡Toma polla, chapero de alta cuna!
Y no dijo ninguna mentira. Los pijos somos más nenazas que machotes. La democracia (los fachas moderados), la vinculamos a la monarquía, al capitalismo y a la moral cristiana. Si el sufragio universal nos trae la república, el socialismo y una moral atea, tenemos el deber de impedirlo sacando los tanques a la calle. Pero no quiero hablar de política, mi amor. Sé que tú opinas como yo.
Una cosa te voy a pedir. No permitas que tus amantes hagan escarnio de mi persona con frases como “¡Toma rabo del bueno, nena! Olvídate del maricón de tu marido al que le están horadando el ojete, allí en la cárcel, de lo lindo”, “Prueba un macho de verdad. Borja, cuando salga de la cárcel, será más puta que tú”. Sal en defensa de mi honor, que en cierta medida es también el tuyo.
Aunque yo tenga que ponerme a cuatro patas para recibir buenas embestidas de macarras y funcionarios. Aunque me tenga que sentar en el colo de un mafioso gordinflón y clavarme su polla por el culo hasta que sus huevos choquen contra los míos. Aunque en un bukkake me tenga que engullir cuatro o cinco rabos y beberme sus chorros de lechada, no me pierdas el respeto. Lo hago por nosotros y por la fortuna amasada (más bien habría que decir robada de las arcas públicas), y bien guardada en un Paraíso Fiscal. Espero que no te la gastes toda antes de que yo salga.
Bueno, mi amor, esta misiva comienza a ser un poco larga. Me voy a ir despidiendo. Dentro de dos semanas tendremos otro vis a vis. Estoy deseando saborear tu chocho. Cada vez me sabe más a gloria bendita. Espero que esta vez sí me dejes entrar por tu puerta de atrás. Tráete algún dildo y entra tú por la mía.
Besos de tu borja, que siempre te amará.
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