TRANSGRESIÓN CONCEPTUAL (El baño compartido)

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TRANSGRESIÓN CONCEPTUAL
(El baño compartido)

 

Sale de la ducha y se pone el albornoz; con la toalla se seca el cabello, cuello, brazos, abdomen y el sexo. Baja el prepucio y se seca frotando el pene, que se le va endureciendo.

"Esteban, me he de ir; paso a mear", dice la voz de Amanda, y acto seguido entra en el aseo.
Esteban y Amanda, su hermana, viven juntos hace tres años. Cuando Amanda se separó de Tony, Esteban le ofreció la otra habitación de su piso cuando ella le dijo que les diría a sus padres y volvería con ellos, y llevan este tiempo viviendo juntos.

Amanda es cajera en un supermercado y siempre ha sido muy responsable. Nunca ha llegado tarde a su trabajo y en todos los años en su puesto jamás ha cogido una baja.

Amanda se baja el pantalón y la braguita, y se sienta en el retrete. El sonido del chorrito de orina se oye rompiendo en el fondo acuoso del wáter. Esteban se giró cuando ella se agachó para sentarse en la taza; pero ella vio su sexo saliendo por en medio de los faldones del albornoz.

"No te preocupes; ya lo vi", le dice, y se echa a reír. Se limpia con papel higiénico, lo lanza al fondo del pocillo del inodoro y se semiincorpira subiendo la braga. "¿Te la has meneado?", y vuelve a reír.

Esteban se ha ruborizado por la situación embarazosa. Mira hacia abajo; efectivamente, en el centro, en la abertura del albornoz sobresale su cipote en ángulo obtuso; se cubre y se disculpa burdamente, lo que causa hilaridad en Amanda. Se acerca a su hermano y abre con las dos manos, de un tirón, la prenda de baño y se queda mirando el sexo de Esteban, que sigue tieso. "Uhhhmnmmm", dice Amanda. "No está nada mal", apostilla. Sin saber cómo Esteban nota una desconocida sensación interna respecto al voyerismo de su hermana; algo que ni siquiera había pensado nunca; que incluso hubiera considerado una aberración, de haberlo imaginado..., pero ahora que estaba sucediendo... despertaba en él una emoción... ¿sexual?

Perdido en su pensamiento ni se ha dado cuenta de que Amanda ha apresado y sujeta en su puño la polla. Esteban nota cómo su órgano sexual late y crece, se ensancha en la mano de su hermana.

Amanda lo atrae hacia sí y se sienta en la tapa del retrete. Estira de la piel del prepucio; al retraerse muestra un glande grueso, rosado, con su corona de color morado; debajo, aprisionada la verga por los dedos de Amanda, los meandros azul-violáceos de las venillas del mango de Esteban son visibles.

"¿Te he puesto cachondo?", Amanda lo mira con una sonrisa, haciendo mofa. Sus dedos comienzan a masajear la polla. Esteban retrocede con un salto atrás automáticamente, pero la mano de Amanda sigue aferrada a su polla, que está completamente dura y erecta. "No vamos a follar, no te apures tanto. ¿Tienes reparos? Tranquilo, tomo la píldora. Amanda lo atrae hacia sí nuevamente y acaricia el glande de Esteban. Él entorna los ojos y se deja llevar por los toques de Amanda, que se centra en manosear el glande entre el pulgar y el índice. Esteban, presa del placer, gime un par de veces.

Sin dejar de sobarle la polla, Amanda se baja el pantalón y las braguitas. Esteban ve la mata rizada del vello púbico de su hermana, quien se vuelve a sentar en el wáter y abre las piernas.

Mientras sigue masturbando a Esteban, Amanda se frota la vulva suavemente. Esteban ve cómo ella se abre el coño con los dedos índice y medio y los introduce, los saca impregnados en flujo; comienza a rotar sobre el clítoris.

Esteban está muy caliente. Amanda lo mira y le muestra la entrada de su vagina, húmeda y brillante. Sin dejar de masturbarse, bromea, diciéndole que tiene la polla más dura que ha cogido nunca, se agacha y se mete la verga de Esteban en la boca y comienza a chupársela. El placer de Esteban le hace jadear sonoramente. Amanda, a su vez, está tan excitada que alcanza el orgasmo y gime repetidamente. Esteban alcanza el clímax, hasta que, con un gemido controlado, se corre en la boca de Amanda. El semen sale disparado en la boca de su hermana con fuertes sacudidas.

Cuando la leche cesa de brotar, Amanda deja salir entre sus hermosos labios la polla aún dura de su hermano. Se levanta y escupe en el lavabo el producto de la eyaculación de Esteban, se sube la braguita y los pantalones, se acerca a su hermano, le acaricia la mejilla y al salir del baño se gira sonriendo y le dice:

"Ahora me tengo que marchar; cuando vuelva, hablamos".


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