DIALÉCTICA DE LOS ORGASMOS

(Continuación de Dialéctica de los abrazos)

Carlota y Trini bajan del taxi pagando apresuradamente al taxista con una mirada cómplice de absoluto deseo. Carlota arrastra la maleta con una mano y ni siquiera nota su peso, ya que se encuentra en una nube agarrando la suave y pequeña mano de Trini. Esa mano que llevaba semanas deseando acariciar, sentir su tacto y oler su aroma suave a rosas, etéreo, juvenil excitando sus sentidos.

Saca la llave de su pequeño bolso negro y al mirar a Trini, no puede evitar besarla suavemente en los labios. Ella sonríe, con esa sonrisa suya de chica traviesa que tanto la pone. Entran en casa agarradas de la cintura y dejan la maleta en el estrecho recibidor mientras se besan apasionadamente. Carlota saborea los labios de Trini. Ambas se comen la una a la otra, mientras Trini acaricia la cara de Carlota. Pasa sus dedos por sus pómulos sonrosados, por su cuello, desabrocha la blusa dejando al descubierto esas grandes tetas que se escapan de un sujetador de encaje negro. Un deseo irrefrenable se apodera de ella, el cosquilleo en su sexo pasa a ser una tensión intensa, su vulva está hinchada, empieza a sentirse completamente mojada y su clítoris se empalma soltando un gemido inevitable de placer.

Carlota se deja llevar por aquellos besos y caricias, sintiéndose en otra dimensión. Mete las manos por debajo de la camiseta negra de Trini y jadea al tocar sus tetas, sus pezones erectos bajo su camiseta. Comienza a besar aquellas oscuras y sabrosas aréolas, se mete en la boca los pezones, los masajea......siente su propio flujo brotar invadiendo su hinchada y apretada raja cubierta de pelo rizado y salvajemente desabrocha y quita el pantalón vaquero y las braguitas de Trini, dejando al descubierto su precioso coño mojado. Ambas se miran ardientemente y Trini sube la falda de Carlota tumbándola en el sofá. Acaricia su chocho chorreante y Carlota la abraza llevándola encima de ella. Sus coños contactan y un estallido de placer las invade. Comienzan a moverse sincronizadas, jadeantes, mezclando sus fluidos, fusionando sus cuerpos. Trini nota sus espasmos desenfrenados y gime sin control. Carlota se deja llevar y nota su orgasmo y el de Trini, grita, se deja ir, entre jadeos ambas prolongan sus orgasmos, completamente desnudas, abrazadas, hambrientas de sexo y locas de amor la una por la otra.