CUENTOS BREVES (del manual de la masturbación
Por Eunoia
Enviado el 02/01/2025, clasificado en Adultos / eróticos
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CUENTOS BREVES
(del manual de la masturbación)
(5)
EN EL GIMNASIO
Entré de repente en el gimnasio. Ni Hugo ni Alberto se enteraron de mi presencia porque estaban distraidos con su juego fogoso. Al ver la inesperada escena me escondí detrás de la puerta del almacén, y me coloqué agachada mirando por el cristal de la puerta.
Alberto con los ojos cerrados, tenía cogido a Hugo por la cabeza. Él, arrodillado le estaba comiendo la polla. Los dos estaban en pelota. Se sacó la tranca de la boca e hizo agacharse a Alberto. Lo colocó a cuatro patitas. Le vi el culo grueso. Hugo se situó detrás y le acarició la espalda, le besó los globos de las nalgas y giró la cabeza para besarle en medio de ellas, en el agujero del ano. Con las manos le abrió las esferas del culo y le lamió el ojete; luego vi cómo le acariciaba el agujero y le fue metiendo el dedo. Se oyó a Alberto proferir sonidos de placer. El dedo se hundió en el orificio. Lo extrajo un par de veces y desde atrás vi cómo Hugo tomaba un tubo y se untaba la polla; sin duda era vaselina o algún lubricante. Finalmente se posicionó y le introdujo la verga por detrás y empezó a darle por el culo.
Se escuchaban unos gemidos a medida que Hugo arremetía contra el trasero de Alberto. Yo veía desde detrás cómo se balanceaban los huevos de Alberto y, con las sacudidas, golpeaban el culo de Hugo, como si fueran dos badajos gemelos. Cuando la polla salía también veía los huevos de Hugo colgando y su pija balanceándose de lado a lado. Siguieron así hasta que Alberto se agarró a los hombros de Hugo y con un grito contenido se clavó dentro y comenzó a jadear. Hugo gemía entretanto. Era claro que se había corrido en el culo mientras lo follaba.
Alberto salió del ano y Hugo se dio la vuelta y se tumbó. Entonces Alberto se colocó frente a él y comenzó a pajearlo. La polla de Hugo se irguió y Alberto se la llevó a la boca y se la metió dentro; se la tragó enterita. Le hizo una mamada corta, porque Hugo se vino en seguida.
Cuando Hugo dejó de sacar leche Alberto y él se fundieron abrazados en un beso muy largo. Yo aproveché para salir del gimnasio y subir a los despachos. Aunque he de confesar que tenía las bragas muy mojadas y sentada en la butaca del gerente me tuve que acariciar el coño y me masajeé el clítoris hasta que tuve un orgasmo. Cuando me calmé. Me miré la vulva toda húmeda y me volví a excitar hasta pajearme por segunda vez.
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