Soy Susan Soul Crossdresser y hace tiempo me escribía con una pareja, Melina y Juan Pablo, que viven en Viedma, Rio Negro, por lo cual ella me contaba que deseaba que su marido se travistiera para cumplirle una ilusión que tenía hace muchos años.
Un día me dijeron que viajarían a mi lugar de residencia y por supuesto los invite para que me conocieran. Así lo hicieron y vinieron a mi departamento.
Yo los espere montada con una camisola de lycra con mangas de red, medias abiertas en la entrepierna, una tanga roja que daba contraste, una mini de encaje tacos aguja con medias bucaneras de cuero negro.
Como ellos no tenían ropa para que Juan Pablo se montara de nena al ver que tenía un físico parecido al mío le elegí un par de prendas sensuales y lo invité a sacarse su ropa.
Melina se recostó en la cama para observarnos, claro para hacer la situación más íntima le dije que ella también se pusiera cómoda y de ese modo quedo en ropa interior.
Antes de comenzar con el montaje vi que ella saco de su cartera un arnés con un gran consolador, crema lubricante y una caja de preservativos, por lo visto me querían pagar la sección de sexo que luego vendría y yo estaba preparada a recibir todo sin problemas.
A Juan Pablo, ya desnudo, le dije que si quería ser una nena debía tener un nombre sensual acorde a la situación, por lo tanto, a partir de ahora se llamaría Tamara.
Ya desnuda le di un enterito de encaje abierto en la entrepierna, mitones y tanga, todo en color negro que complementé con unos tacos aguja rojos para dar mayor contraste a su cuerpo.
Una vez montada se miró en el espejo y no podía creer lo que veía, si bien no estaba depilada y no tenía peluca, era toda una diosa cosa que le gusto. Ahí tome la iniciativa y le di el primer beso, en esa situación observe que su respiración cambio cosa que mi experiencia decía que esto comenzaba muy bien.
Melina nos miraba y daba muestras que la situación le gustaba, Tamara tenía un gran miembro que si bien se encontraba flácido solo con el roce de nuestros cuerpos comenzó a tomar rigidez, yo sabía que se lo estaba preparando para ella.
Sin más preparativos hice que Tamara se tirara en la cama, ahí mismo tome su miembro con mi boca y vi que con mi trabajo de succión comenzó a tomar forma, era realmente grande y con muy poco tiempo quedo muy rígido, igualmente seguí durante varios minutos más y una vez preparado le dije a Melina, ahora es tuyo.
Automáticamente ambos cuerpos se acercaron y comenzaron a tocarse, para ambos era una gran pasión ya que estaban cumpliendo el sueño de ser dos lesbianas, enfundadas en la suave lencería que con el roce de los cuerpos producía un mayor acondicionamiento de la sesión de placer.
Ya muy caliente Melina solo abrió las piernas y Tamara se le tiro encima, era hermoso ver desde atrás como ella se comía con su sexo esa pija descomunal, además hacia fuerza con sus piernas por detrás y de ese modo empujaba más esa penetración, los testículos quedaron apretados en su vulva como si con ello los estuviera succionando.
Como yo miraba la situación, Melina me vio y dijo ahora te toca a vos, se levantó de la cama y tomo el arnés con el consolador que estaba sobre la mesa de luz, sabía que ahora se vengaría de lo que había vivido así que sin dudarlo me puse en cuatro sobre la cama, Tamara aprovecho a recostarse delante mío para que yo continuara chupándole la pija, mientras lo hacía Melina lleno mi cola de lubricante apoyo la cabeza del dildo en mi agujero y lentamente lo fue desplazando abriendo mi cola, una vez que entro la cabeza para el resto del tronco fue más fácil, además el lubricante usado fue excelente ya que nunca había sentido tanto placer sin nada de dolor.
Me encontraba ensartada, con ese miembro de látex que entraba y salía de mi interior, con él había alcanzado una gran dilatación y viendo que la pija a la cual estaba chupando estaba muy grande, Melina me alcanzo un preservativo el cual apoyé en la cabeza del miembro de Tamara y con mi boca lo fui bajando por todo el tronco. Miraba esa pija enfundada en látex y ya me imaginaba lo que vendría.
Melina al ver que Tamara estaba lista le dijo “ahora te toca a vos, ven a comerte a esta putita que te espera, yo ya te la dilaté para vos…” por lo visto me estaba entregando, ahí sin dejarme moverme saco el conso de mi cola e hizo que Tamara se colocara detrás mío, como su pija era más grande que el dildo le puso lubricante, con su mano lo presento en mi cola y ahí sentí como me abría, tragando ese tronco, hasta que los testículos golpearan mis nalgas, ese instrumento de carne que entraba en mi cola era producto de lo que había conseguido con mi boca minutos antes.
Melina no se quería perder nada así que al ver cómo me penetraba, se tiró delante mío, me ofreció su sexo, para lo cual empecé a pasarle la lengua y era muy sensual como en cada embestida de Tamara mi lengua se metía más dentro de su concha.
Tamara ya había aguantado mucho y luego de un rato dentro mío empezó a cambiar su respiración, me imaginaba que faltaba poco para que llegara al orgasmo, Melina se dio cuenta de eso y como estaba usando un preservativo conmigo al ver que ese líquido se perdería le grito: “no termines quiero, tu leche dentro mío…”
Se puso a mi lado en cuatro sobre la cama y dijo: “mi cola quiere recibirte” para lo cual Tamara saco su pija de mi cola y se puso detrás de ella, yo me pare rápidamente tome la pija de Tamara, retire el preservativo, tome su pija con mi boca para que no perdiera rigidez, luego la lubrique y la posicione en la cola de Melisa que grito de placer cuando su centro se abrió. Yo también quería terminar así que aprovechando esa situación me recosté delante de Melisa y le ofrecí mi miembro que si bien no estaba tan duro rápidamente obtuvo la rigidez necesaria.
Ahí Melisa jadeaba al ser penetrada en su cola, Tamara comenzó a llenarla con su leche mientras que yo también le llenaba la boca a Melisa. Que se puede decir de todo este placer que nos brindábamos en este primer encuentro.
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