Veinte y seis de diciembre V
Por gioRgina
Enviado el 20/01/2025, clasificado en Varios / otros
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Le miraba los pies, las piernas, pero la cara me resultaba imposible mirarla. Mi mente no asimilaba lo ocurrido. Para mi, pensar que mi abuela a muerto, era un sacrilegio.
No me podía acercar de ella, cómo si no me quedaba su imagen (en la memoria visual), no estaría muerta. Preferiría tener los muchos recuerdos con ella viva. En la noche siguiente, fuimos a casa de mi tía, antes.
En cambio, mi prima, se fue directamente allá.
Conforme tradición rumana, se prepara mucha comida y bebida, a todos los que quieren venir, en memoria de los difuntos. Mi prima estaba interesada en la bebida, unos cuarenta litros de vino de buena calidad, traído de su otro abuelo (el de su padre). Junto con sus amigas, lo bebió casi todo, en la memoria de mi abuela.
Casi cuarenta litros de vino en una noche! Al día siguiente, tuvieron que reemplazar el vino, con otro, no tan bueno.
Al sacar el ataúd por la puerta, cortaron botes de vidrio, conforme tradición rumana, para cortar la “mala suerte”, resumiendo para que no hayan muertos tan pronto en la familia.
También, conforme la tradición rumana, dicen que un/a hijo/a primogénito en una familia pide un sacrificio humano.
Alguien que muera para entregar su alma al futuro nacido. Cómo si no habrían bastantes almas! Sino, el niño nacerá muerto o sin alma.
Yo estaba embarazada en tres meses con mi hijo mayor. En aquel día, el veinte y seis de diciembre, mi hijo recibió el alma de mi abuela.
Y, aunque nació, conforme horóscopo chino, rata de agua, tiene un alma de dragón: dragón de metal.
Espero haberlo comprendido!
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