INCLINACIONES

                       INCLINACIONES

—¿Entonces, no hay una... inclinación? —preguntó Fer.
—Claro que no —repuso Gisela, moviendo la mano en el vacío—. Hay momentos y situaciones de inclinaciones. Es una identidad biológica, genética en todos los seres humanos.
David dejó la taza de infusión sobre el plato y dijo:
—Es innegable que hemos avanzado en la aceptación de las tendencias sexuales; ya no se condenan las prácticas homosexuales.
Gisela torció el gesto.
—Repito que, en mi opinión y la de otros sociólogos, no existe eso que llaman tendencias o inclinaciones; el afecto y el deseo sexual de cada uno de nosotros es plural, amplio, no está claramente definido hormonalmente; no en nuestra especie. La sexualidad es dinámica, fluida y depende de tu situación vital y de las personas con las que te cruces en tu camino
—Pero... ¿habrá que llamar a cada cosa por su nombre, no? dijo David.
Gisela levanta su mano ligeramente pidiendo la palabra.
—El hecho de que una persona se sienta atraída por otra no siempre puede ni debe definirse en términos de etiquetas. Éstas son un reflejo de normas sociales que excluyen o invalidan las experiencias vitales de cada persona en un momento concreto de la vida, en un lugar determinado y con una o más personas de igual o diferente sexo. La sexualidad debe ser vista como algo natural, libre, auténtica y dinámica —Volvió a servirse humeante té y siguió—: Las fronteras que los moralistas quisieron imponer han caído, es cierto, pero continúa existiendo una visión linealista, segregacionista en cuestiones sexuales. Es una deformación cultural. —Concluyó—: Queda todavía mucho por caminar, muchos prejuicios por suprimir.
»La clave es la autenticidad y el respeto hacia las experiencias sexuales y afectivas de los demás, sin forzar encasillamientos rígidos que limitan la comprensión de lo que significa el ser humano en su totalidad.
»La identidad sexual, al igual que otros aspectos de la identidad humana, puede y debe ser multifacética, abierta y no definida con una sola etiqueta.
David y Fer aceptaron otra taza de té, mientras reorganizaban sus ideas y disfrutaban de esa tarde fría y lluviosa en buena compañía.