ELLA
Escribir lo siguiente no va a ser fácil. Creo que va a ser una de las cosas más duras que voy a leer nunca. Y que espero y quiero que sea único e irrepetible.
Unos segundos. Tan solo fueron unos pocos para darme cuenta. Para ser consciente de ello. Tarde, pero consciente. ¿Cómo puede irse todo así de fácil? Sin más.
Me siento impotente. Porque ellos están ahí, y yo aquí, sin poder hacer nada. Tan solo lamentarme y esperar a que todos ellos estén bien. Siento como si hubiese perdido parte de mi.
Egoistamente pienso que, estar aquí hace que mi empatía sea mucho más fría... Pero se que en el fondo eso no es verdad.
Me duele, me parte, estoy destrozada por dentro. La amo. A ella. A su gente. Sus paisajes. Toda ella. Ahora ya no queda nada. Todo arrasado.
¿Sabéis qué es lo más duro para mi? No es que no pueda estar ahí con mi familia, ni mis seres queridos. No es eso. Por que se que dentro de lo sucedido. Ellos están bien.
Podría decir algo bonito e idílico como que lo que más me duele de todo esto es no poder ayudar a esas personas con el alma partida en dos y sin un camino por el que ya no pueden seguir debido al barro de sus vidas. No.
Lo que me mata, lo que me hace desgarrarme a llantos por dentro, y también por fuera, es que no voy a volver a mirarla con los mismos ojos. Ya que, los ojos de la gente, los ojos del paisaje, los ojos de ella, van a reflejar la tragedia. Voy a ver en ellos lo que no he podido vivir en mis carnes. Y ahí, ahí es cuando verdaderamente voy a sentir esa ruina en mi. Esas ganas de abandonar. De dejar las escobas, las botas, todo, para no seguir adelante.
Respira.
Mirad, os voy a contar un secreto. Un secreto que sabe todo el mundo, y que ella se ha encargado de que nadie faltase por conocer. Si algo puedo decir yo orgullosa de ella, de su gente, de sus paisajes. Es que no se rinde. Por mucho que hayan personas a las que el barro haya borrado ese camino. Ella les brinda alas para que puedan sobrevolarlo. Y eso me da esperanzas.
Deseo con todas mis fuerzas volver a verte. Volver a pasear junto a ti, darte de la mano y que me aprietes fuerte los dedos para sentir eso mismo. Esa fuerza que tienes, el valor de no rendirte, y el sentimiento de que no me vas a dejar hundirme en el barro. Porque así eres tu. Fuerte, esperanzadora y valiente.
Nos vemos pronto Valencia.
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