El festín de los deseos
Por Aurora boreal
Enviado el 24/01/2025, clasificado en Fantasía
434 visitas
En un reino muy lejano, donde el tiempo parecía detenerse y la magia lo inundaba todo, vivía una joven llamada Aurora.
Los habitantes del lugar, eran conocidos por tener una extraña costumbre: cada año, al llegar la primavera, celebraban el Festín de Deseos. Durante esta festividad, cada persona debía elegir una palabra que describiera su mayor anhelo.
Nuestra protagonista, Aurora, una joven de cabellos dorados como los rayos del sol, observaba con melancolía el bullicio y el movimiento de todos sus vecinos y familiares, mientras reflexionaba sobre su elección. Algunos optaban por "riqueza", otros por "amor", pero a ella le nacía una palabra diferente en el corazón: "vida".
Decidida, Aurora siguió el curso del río cristalino que atravesaba su reino hasta llegar al Árbol de los Sueños. Se decía que aquel árbol de hojas brillantes y tronco robusto, era capaz de escuchar los deseos de los corazones más sinceros. Al llegar, se arrodilló y susurró: "Elijo vivir la vida, no sólo existir, sino sentir cada emoción, cada instante".
De repente, una brisa suave envolvió el aire, y las hojas del árbol comenzaron a volar, a flotar alrededor de sus robustas ramas. De su tronco brotó un pequeño destello que se transformó en una hada: "He escuchado tu deseo, Aurora. Acepto tu elección. Te concederé un día para vivir intensamente lo que significa ser parte de este mundo".
Al día siguiente, Aurora despertó en un lugar diferente a su pequeño reino perdido entre las rocas. Aquello era muy bonito, las colinas de colores vibrantes, las flores que parecía que cantaban melodías suaves con su aroma y color, un sol radiante que brillaba sin dar calor y una brisa fresca que dejaba llenar los pulmones de aire puro. Cada paso que daba era una nueva experiencia: tocó el agua del río, sintió su frescura en la piel, y rió con el canto de los pájaros que volaban en círculos por encima de su cabeza.
Pasó la mañana explorando los rincones, maravillándose de todo lo que la naturaleza la ofrecía, y comenzó a conocer a las gentes de aquel lugar, a escucharlas con atención y enorme interés.
Escuchó a un anciano sentado en un banco del parque, cómo la contaba emocionado historias de su juventud y de la belleza del amor que había perdido hacia poco tiempo.
Un niño la mostró cómo ver la vida a través de su mirada inocente, llena de curiosidad y sin miedo.
Cada encuentro la llenaba de un profundo sentido y sensaciones vibrantes.
Ya cuando el sol comenzaba a esconderse detrás de las montañas, Aurora regresó de repente y sin saber cómo, al Árbol de los Sueños, con el corazón latiendo en un torbellino de emociones. Al llegar, la hada le sonrió: "Has vivido un día lleno de vida, pero recuerda: no se trata solo de un instante. Elegir vivir la vida es un pacto diario, una decisión constante".
Aurora comprendió entonces que la magia no sólo residía en aquel día especial, sino en todas las pequeñas elecciones que tendría que hacer cada día de ahora en adelante. Agradecida, prometió a la hada que cada día buscaría la belleza en lo cotidiano, que viviría con la intensidad que sentía en su corazón.
Y así, Aurora se convirtió en un faro de luz, intentando siempre inspirar a otros para que vieran la vida como un regalo, a elegir vivir plenamente cada momento, y así, en su reino mágico, la vida floreció en todo su esplendor.
Comentarios
COMENTAR
¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales