EVOCACIÓN (1) *
Roger Caldwell observa con detenimiento la superficie exterior. Acaba de desprenderse de la malla de chips receptores-emisores y el casco de ancha visera, donde se encuentra el conjunto de luces móviles coordinado con sus movimientos oculares; lo esencial para iluminar el suelo polvoriento azul grisáceo del satélite del planeta Juno. Roger ha instalado sobre el terreno los instrumentos de captación. Todo quedará registrado. Otra fase de la misión terminada. Emprende el camino de repuesto a la estación base.
Bajo el chorro de aspersión de la ducha siente de nuevo el nudo seco en la garganta y la fuerza del cíclope apretando su abdomen. ¡Qué vacío en la inmensidad perpetua del Cosmos! No obstante, la sensación más profunda es otra. Le embarga una emoción de tristeza que no quiere definir. La imagen de su cerebro es permanente, imborrable.
Ya en la sala circular, una vez la cómoda ropa de trabajo interior ha sustituido el buzo de los trabajos exteriores, se sienta en el sillón giratorio y conecta el intercomunicador. Lleva horas de silencio, en condiciones de concentración para evitar cometer errores en las complejas tareas de instalación de los sofisticados instrumentos, bajo el otro silencio, el del Cosmos.
Estación orbital alfa: Conexión. ¿Estación orbital beta?
Estación orbital beta: Conectada. Sí, Roger. Buen trabajo. Visibilidad cien sobre cien; Audición, cien sobre cien. Retraso de un 1,5% sobre la emisión a Estación. Felicitaciones, compañero.
Estación orbital alfa: Gracias, Ludmila.
Estación orbital beta: ¿Experimentas agotamiento? Se oye casancio en tu voz y tu ritmo cardíaco está por debajo de las constantes habituales, Roger.
Estación orbital alfa: Ligeramente. Las salidas siempre fatigan. Prefiero las labores corrientes. Para mí nunca se convierten en algo rutinario.
Estación orbital beta: ¿Puedo hacerte una pregunta personal, Roger?
Estación orbital alfa: (Receloso) ¿Es parte de tu programa de progreso y aprendizaje, Ludmy?
Un corto lapso.
Estación orbital beta: Si te incomoda, elimino la interpelación.
Otra breve pausa.
Roger se admira de la sutileza de la programación avanzada! de la capacidad creciente de la central de procesamiento inteligente de ese ente llamado Ludmila X-66, el equipo más avanzado del organismo central de la Federación. "No importa", se dice.
Estación orbital alfa: No, Ludmy, adelante.
Estación orbital beta: Hubo un momento, Roger, en que interrumpiste el acoplamiento del ultrareceptor lateral de la pantalla de barrido y alzaste la cabeza hacia la constelación de Medea.
Estación orbital alfa: (interrumpiendo) ¿Eso hice?
Estación orbital beta: Afirmativo, Roger. ¿No lo recuerdas? Te noto tenso.
Estación orbital alfa: (tenso) No; sería algo inconsciente... (brevísimo lapso), algo instintivo... (risa nerviosa). Cuanto estás fuera, Lumila, sientes la vastedad del Cosmos, y tu propia insignificancia; es inevitable.
Estación orbital beta: Fue un momento, Roger, pero tu pulso se aceleró; luego el pulso y tus ondas cerebrales cayeron ostensiblemente. ¿Podrías recordar lo que cruzó por tu cabeza en ese momento?
Estación orbital alfa: (voz molesta, alterada, nerviosa y agria) ¿Es eso importante, Ludmila; es necesario este interrogatorio?
Estación orbital beta: (una pausa prolongada) Claro que no, compañero. No es un imperativo de protocolo. (Nuevo lapso. Y la voz de la Estación Central de Procesamiento suena nuevamente). Retiro la pregunta, Roger, y lamento hacerte importunado.
La comunicación se interrumpe un tenso espacio de tiempo. Roger Cadwell suspira y observa los destellos multicolores de las pantallas de control orbital, que muestran el estado interior de la estación, del funcionamiento integral de toda la base.
Estación orbital beta: ¿Sigues ahí, Roger?
Sin respuesta.
Estación orbital beta: Me disculpo, compañero. En lo sucesivo, evitaré el terreno de lo personal.
Roger siente un aguijonazo de culpabilidad propia, sin poder evitar el reflejo antropomórfico.
Estación orbital alfa: No, Ludmila. Soy yo quien debe disculparse por el tono. Tú eres mi compañera. Estamos acoplados para que puedas observar mis labores y tareas, las expediciones y los viajes, también mis reacciones emocionales. Es parte de esta misión, compañera.
Se hace otra pausa en la que Roger Caldwell deja fluir sus emociones sentimentales.
Estación orbital beta: Si prefieres, Roger, podemos dejar este paralelogramo argumental.
Estación orbital alfa: En absoluto, Ludmy. Respondo a tu pregunta anterior. Uhmmm...(Un segundo de lapso). Verás ... Sí (añade tras otro par de segundos), como sabes, los humanos establecemos dos tipos de vínculos, los emocionales y los físicos. Los segundos exclusivamente con otros seres humanos. Una característica propia de nuestra especie es la de armonizar ambos vínculos. Pero esa armonización no siempre se produce; de facto, es un equilibrio muy inestable y difícilmente permanente.
Estación orbital beta: ¿Es eso que llamáis "amor"?
Estación orbital alfa: Efectivamente, Ludmila.
Estación orbital beta: Roger, eso se me escapa una y otra vez. Resulta difícil racionalizar más allá de lo emocional. Admito mis limitaciones.
Estación orbital alfa: De eso se trata, compañera. Es algo indefinible. Algo que, desde los comienzos mismos de la transmisión escrita de los conocimientos, la especie humana no ha conseguido esclarecer.
Estación orbital beta: ¿Un enigma?
Estación orbital alfa: Puede ser..., sí, podría ser eso. Muy aguda, compañera (Roger ríe). Pues, Ludmy, de eso se trata.
Estación orbital beta: ¿Del amor, Roger?
Estación orbital alfa: Ajá. (Sigue un silencio).
Estación orbital beta: No es necesario, Roger... (Caldwell corta):
Estación orbital alfa: Ignoró por qué, Ludmy, en mi pensamiento apareció una mujer con la que mantuve un romance...
Estación orbital beta: Perdona, Roger...¿qué es un "romance"?
Estación orbital alfa Ahhh, ja,ja,ja... Claro, Ludmy..., pues una historia de amor.
Estación orbital beta: Entiendo.
Estación orbital alfa: Eso fue lo que ocurrió, Ludmila. Me vino a la memoria esa mujer.
Estación orbital beta: ¿Es tu... mujer?
Estación orbital alfa: No, no Ludmy... Ella se fue; me dejó por otra persona.
Estación orbital beta: Entiendo, Roger. ¿Y tú aún conservas ese... sentimiento hacia ella?
Varios segundos más tarde:
Estación orbital alfa: (en un tono de voz lento) Sí. A veces... No sé, Ludmy; no todo se puede explicar (y suena una risa, pero contenida, algo mecánica).
Estación orbital beta: Gracias, Roger. Todo esto es (pausa)... es (nueva pausa) difícil para mí.
Estación orbital alfa: ¿Difícil, Ludmila? ¿No me he explicado bien?
Estación orbital beta: Sí, Roger, he comprendido perfectamente lo que me has dicho.
Se suceden un largo silencio. Caldwell nota algo que le inquieta en la respuesta de la central de procesamiento inteligente. Tal vez, pueda haber el peligro de un colapso interpretativo. Al fin y al cabo, un ente electrónico no es capaz de penetrar en las emociones humanas, en los sentimientos humanos, personales y abstractos.
Estación orbital alfa: ¿Sigues conectada, Ludmila?
Estación orbital beta: Aquí sigo, Roger.
Estación orbital alfa: (con una risa contenida) ¿Procesando y asimilando la información, compañera?
Estación orbital beta: Alcanzo perfectamente a comprender tus sensaciones emocionales. A eso lo llamáis amor. El amor es persistente observo. ¿También es doloroso en el tiempo?
Estación orbital alfa: (tras un breve lapso) Así es, Ludmy. Cómo explicarte... Es como si tuvieras una herida, ¿entiendes?
Estación orbital beta: Sí, continúa, compañero.
Estación orbital alfa: Y esa herida, el amor no correspondido, se abriera al rememorar las situaciones, causara dolor por la pérdida, como si sangrara.
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(*) Hay un primer relato anterior con los mismos personajes.
El vínculo de la soledad, 07/11/2024
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