Del intercambio en el baile al intercambio en la alcoba (2ª parte. Final)
Por El Manso Embravecido
Enviado el 04/02/2025, clasificado en Adultos / eróticos
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Ágata felicita a Lautaro pegándole un morreo de película romántica. Adela intenta animar a Dareck, aunque al ver que no está muy disgustado comienza a sospechar si no se dejó ganar.
Ya repartidos los papeles se van despelotando todos al son de la música, practicando un striptease múltiple de forma simultánea. Finalizado este, Lautaro se sienta en un sofá y magreándose la verga solicita que las tres bocas de sus acompañantes se la pongan a tono.
Ágata y Adela se colocan a ambos lados del sofá y se van turnando a la hora de meterse el capullo en la garganta. Dareck se coloca debajo, sentado en el suelo, y lame ojete, perineo y escroto de su amante.
El miembro de Lautaro andará por los 23 cm de largo. Mucho rabo para hacer un Garganta Profunda, aunque las chicas le ponen empeño. La polla y testículos de Lautaro brillan como la cera de babeados que le están quedando. Ágata se acerca al oído de Dareck y le dice:
–Morréale bien los huevos a mi macho.
–¿Pero tu macho no soy yo?
–Tú eres mi marido, que no es lo mismo.
Ágata sabe que a su marido le va la humillación suave y continúa diciéndole:
–Soy poliándrica. Tengo muchos machos pero solo un marido. El privilegio de lucir una hermosa cornamenta es solo tuyo, cariño –y le guiña un ojo en señal de complicidad.
Cuando Lautaro comprobó que su verga estaba bien lubricada, le dijo a Dareck que se fuera colocando a cuatro patas, que lo quería empalar.
Dareck con su melena suelta, su vientre plano y marcando tableta, y en la postura de perra, daba el pego de ser una fémina trans.
No le costó mucho esfuerzo a Lautaro el meterle media butifarra de una sola estocada. Con dos estocadas más tenía todo el rabo dentro de las entrañas de su amante. Comenzó a bombearle el trasero muy despacio, para poco a poco ir subiendo el ritmo del fuelle hasta conseguir un mete-saca de tres emboladas por segundo.
Lautaro cogía del cabello a Dareck obligando a este a erguir la cabeza. Adela aprovechó y, colocándose frente a Dareck, bajó un poco la cintura y le hundió el chocho en toda la cara, para que le hiciera un buen lavado de bajos.
Ágata se colocó detrás de Adela y comenzó a lamerle el ojete con su raja correspondiente. Adela jadeaba, casi no podía mantenerse en pie de la excitación que estaba experimentando al tener a Dareck comiéndole la almeja y a Ágata chupándole el ojete.
Lautaro no quería correrse tan pronto y después de estar unos viente minutos zurrándole el trasero a Dareck, aprovechando que su mujer se había corrido en la boca de su amante, quiso cambiar y probar el coño de Ágata.
Lautaro se puso de pie y le dijo a Ágata que se colgara de su pescuezo y lo abrazara con sus piernas. Una vez que él la tuvo bien sujeta, Adela y Dareck hicieron de mamporreros y se dedicaron a introducir la polla, unas veces en la almeja y otras veces por el ano. También aprovecharon para morrearse bajo palio, pero sobre todo lamían, besaban y chupeteaban las entrepiernas de la pareja apareada.
Después de estar un buen trecho calcándole la morcilla con fuerza a Ágata, y esta disfrutar de un orgasmo estremecedor, Lautaro no pudo evitar el llegar al clímax.
Las sacudidas y los espasmos hicieron que la polla de Lautaro se saliera del coño regando las caras de su mujer y de Dareck de esperma. A los pocos segundos, unos dos o tres chorros de semen salen del chumino de Ágata. Adela y Dareck se morrean pasándose el esperma de boca en boca. Lamen y succionan chocho y rabo buscando las últimas gotas de nata merengada. Por fin, Ágata decide descolgarse del cuerpo de su amante y se agacha para morrear a su marido y a Adela. Quiere que le pasen su ración de simiente del macho que le proporcionó un orgasmo tan placentero.
Mientras Lautaro descansa recostado en una hamaca, observa cómo Dareck se trajina a su mujer en la postura del jinete. Adela cabalga sobre el no despreciable falo de 20 cm que calza Dareck. Este le chupetea los pezones y le lame el cuello mientras le dice que es una jinete muy hermosa y que le encanta ver cómo los pechos le bambolean al ritmo del folleteo. Ágata se tumba en el suelo boca arriba y espera impaciente a que, una vez que su marido se corra en el chumino de Adela, esta se desacople y le aplaste el chocho en la cara a ella para comérselo bien y tragarse la lechada que vaya fluyendo.
Efectivamente, a los pocos minutos Dareck obsequia a Adela con unos fuertes empellones e inunda el interior de su vagina con ocho o nueve chorros de lefa.
Ágata está en contra de la bollería industrial, pero el bollo de chocolate de Adela regado con nata montada de su marido lo saboreó con ganas. Este bollo es más sano y con Denominación de Origen. Lame y relame los labios vaginales y succiona el berberecho a conciencia.
Lautaro se puso tan cachondo que no pudo evitar acercarse a Ágata y pegarle unos buenos morreos, tragándose parte de la lefa de Dareck.
Aunque Lautaro ganó el pulso, no quería irse sin probar la polla de Dareck en boca y culo. Después de mamársela fuerte y conseguir ponérsela dura a Dareck, este, en la postura del misionero, le da fuerte por el culo a Lautaro. Las chicas se van turnando para aplastar sus chochos en la boca de Lautaro y correrse en su cara.
Cuando Dareck comienza a eyacular, le saca la polla del trasero a Lautaro y riega de esperma la caña de chocolate y los huevos de Pascua de su amante. Ágata y Adela no dudaron ni un segundo en acercarse a la entrepierna de Lautaro. Lamen y chupan su paquete. Se tragan el semen que se escurre por sus bajos. También Dareck bajó al pilón y quiso saborear su ración de bollería casera natural.
Los cuatros amantes eran insaciables e incansables. La noche fue intensa y larga. Pero por desgracia, el idilio de amor y lujuria de estos cuatro Romeos y Julietas solo duró seis meses. Adela y Lautaro tuvieron que trasladarse a Alemania y poco a poco fueron perdiendo el contacto con Ágata y Dareck.
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