LA DESGRACIA DE SER RICO.

Por
Enviado el , clasificado en Drama
162 visitas

Marcar como relato favorito

 

 En un periodo muy corto de mi niñez, fui el niño más rico de mi pueblo y a la vez el más desgraciado al no poder gastar tal cantidad de dinero, Esta es la historia.
Era monaguillo, ayudando en la misa a vestirse al cura, Haciendo las labores que me mandara hacer. En fin, un criado cobrando dos reales por misa, suficiente para los gastos que tenía.
Recogía la cesta que se pasaba en la misa con las pocas perras que daban los feligreses, la llevaba a la sacristía, a veces con tentaciones de sustraer una perra gorda o dos.
La tentación llegó el día que un emigrante del pueblo echo en la cesta un billete de cinco pts, no pude resistir la tentación y arrugando el billete lo metí en un bolsillo del pantalón pensando que nadie se enteraría de su desaparición.
Al terminar la misa se acercó a saludar al cura el que echó el billete en la cesta. Diciéndole que una parte del dinero era para una misa dedicada a su abuela y lo que sobrara para velas en su honor.
Rápido el cura se fijó en la cesta en la que no había ningún billete, le comentó que ese billete había desaparecido de la cesta,
El hombre saco otro billete y le dijo al cura que alguien al pasar la cesta lo habría cogido, que no se preocupara que ya aparecería.
El ladrón tendría que confesarse y entonces se lo tendría que entregar y así sería más dinero, para más velas y misas a su abuela.
El cura rápido se dirigió a mí exigiendo que le diera la vuelta a todos los bolsillos para comprobar que no era yo, el que había hecho desaparecer el billete.
Con todos los nervios del mundo, pensando que estaba pillado en la trampa, le di la vuelta a los bolsillos y el billete no apareció.
Temblando del susto llegué a mi casa y fue cuando me di cuenta de que tenía el bolsillo roto y con los nervios lo metí por esa rotura, el billete estaba al final del pantalón, los calcetines que eran gordos de lana, impidieron su caída.
El problema gordo se presentaba ahora¿Dónde guardar mi tesoro? No se lo podía decir a mis padres ni a nadie, si se enteraban del ladrón podían llevarme preso.
En la cuadra de las vacas quité unas piedras de la pared y allí escondí mi tesoro hasta que pudiera gastarlo. Esperando ir a una feria a otro lugar en el que nadie me conociera para comprar algo.
En el pueblo solo había un pequeño comercio y ningún niño disponía, de un billete de cinco pts. Con lo que era imposible gastarlo sin que lo asociaran con el billete desaparecido en la misa que todo el pueblo se había enterado del robo.
De vez en cuando vigilaba mi tesoro comprobando que estaba bien guardado.
La sorpresa llegó un día que encontré en el suelo de la cuadra un trocito de billete, Saltaron todas las alarmas y al retirar las piedras el billete había desaparecido.
Con lágrimas en los ojos retire más piedras hasta que apareció un nido de ratones con sus pequeñas crías y mi billete echo trocitos para con otros materiales confeccionar el nido de ratones.
En una lata de sardinas. Recogí el nido con las crías de ratón, los llevé a la cocina. La lumbre era en el suelo, eché un poco más de leña. Y quemé los ratones y el nido para eliminar toda prueba del crimen.
Así fue como de ser el niño más rico del pueblo, no pude gastar el dinero y me tendré que confesar para poder entrar en el cielo y posiblemente no pueda comprar la entrada a dicho lugar.  Así que me iré al infierno para estar más caliente en invierno.
Hasta la próxima.

 

 


¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales

Denunciar relato

Comentarios

COMENTAR

(No se hará publico)
Seguridad:
Indica el resultado correcto

Por favor, se respetuoso con tus comentarios, no insultes ni agravies.

Buscador

ElevoPress - Servicio de mantenimiento WordPress Zapatos para bebés, niños y niñas con grandes descuentos

Síguenos en:

Facebook Twitter RSS feed