Denunciar relato
Tenía ochenta años y me aterraba morir. Escuché hablar del Dr. Ekis y su revolucionario tratamiento para rejuvenecer el cuerpo hasta los veinte.
Vendí todo lo que tenía y pagué un millón. La operación fue un éxito: en menos de un año, recuperé mi cuerpo juvenil.
Intenté hacer amigos de mi "nueva edad", pero fracasé. Mi mente de ochenta no encajaba con aquellos jóvenes desenfrenados. Busqué a los de cuarenta, pero me despreciaron:
—¿Qué hace un mocoso como tú aquí?—
Al final, encontré mi lugar trabajando en una residencia de ancianos. Allí, por fin, me sentí como en casa.
Comentarios
COMENTAR
¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales