En Semana Santa me reúno con mi familia política (3ª parte. Final)

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Otra de las ventajas de mi cuñado Juan era las medidas de su miembro. No cabía la menor duda de que era más grande y gordo que el mío. Las caras de vicio, de estar en el Séptimo Cielo, de mi mujer y de mi hija eran un cuadro.

A los pocos minutos Sonia se corrió, chillando como una cerda. Ya solo le quedaba la guarra de mi hija.

Yo le di caña de la buena a la puerca de mi suegra. Ella estaba a cuatro patas sobre el suelo. No tardó en tener su segundo orgasmo diciendo:

–Gilberto, he descubierto el Paraíso hoy. ¡Qué dos machos me ha proporcionado la divina Providencia! Dame, Jonathan. Dame fuerte. ¡No pares!

Al poco rato se corre mi hija. Bizqueaba y todo la muy perra. No podía haber esperado un poco más, para darme ventaja.

Entonces Juan decide correrse en las nalgas de las dos. Echándoles un buen emplasto, que ellas fueron esparciendo con sus manos.

Eva también llegó al éxtasis y yo no pude aguantar más y me vacié con ella. Le proporcioné unos buenos caderazos llenando el interior de su chochete de mi cuajada.

A Eva Jr. le tuve que proporcionar su orgasmo haciéndole una buena comida de berberecho. Le succioné con tal fuerza la vagina que casi le provoco un prolapso uterino. La muy golfa de repente espabiló y comenzó a apretar su entrepierna contra mi cara.

Cuando llegó al orgasmo profirió tal cantidad de blasfemias, que casi tiene un desmayo su abuelo.

–Lo prometido es deuda don Gil… ipollas. Dijimos que su trasero también recibiría su merecido y ha llegado la hora –le comento a mi suegro.

–Sois unos degenerados poseídos por Satán. Abandonad mi casa cuanto antes. ¿Es qué no habéis tenido bastante desenfreno? –nos pregunta Gilberto.

Entonces mi suegra interviene diciendo:

–Se nos hace tarde para ir a la procesión. Es un compromiso social. Debemos guardar las apariencias. Pero yo me comprometo que mañana, tanto vosotros como yo, le romperemos el culo a mi marido. Pongo mi honor por testigo.

Aceptamos la sugerencia de Tere. Nos arreglamos y nos vamos a ver los pasos.


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