Travesía con el Bac

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Es 15 de agosto. Mis padres, que viven en la capital, vinieron a buscarme a Galati, donde yo paso todas las vacaciones, en la casa de mi abuela, para ir con ellos en otro sitio. 

Cómo cada año, el día de la Marina atrae mucha gente. Galati, puerto al Danubio, lo festeja cómo se merece. 

Mi abuela, “coana”* Florica, mi madre, mi padre y yo, iremos allá, al Danubio. 

El paseo marítimo está lleno de gente. Canta música de orquesta. Las “olas del Danubio” es la preferida de mi abuela. Con esta música revive su juventud, su amor. Aquí conoció a mi abuelo: en el paseo marítimo. 

O, tempora…

Hay mucha gente. Algunos caminan, otros escuchan música, otros quieren atravesar el río. La travesía, con el Bac, que es un tipo de barco grande de transporte personas, tarda cómo media hora, aproximadamente. Hoy es gratis, así que mucha gente quiere aprovechar. 

Hay hasta cola.

Subimos en el barco. 

Está lleno de gente. 

Mi abuela está feliz, “coana” Florica está feliz, mi madre está feliz, mi padre está feliz, solo yo estoy inquieta.

……………………………. 

Llegados en otro lado del Danubio, es otro paisaje. 

La gran ciudad, Galati, ha desaparecido por completo.

Hay arena y árboles. 

Hay gente sentada por una manta, a la sombra de los árboles, hay que toman sol, algunos se bañan y otros toman cerveza al bar. 

La gente disfruta de la fiesta.

Ese “fluido” que arrasa  todo a su paso por un camino de media Europa, llega a su debito máximo allá, a Galati, poco antes de desembocar en el mar, con una grande delta. 

Aunque nunca he estado allá, imagino el río Mississippi cómo su hermano americano. 

Nos sentamos a la mesa de un bar para tomar algo para refrescarnos: cada uno conforme con su edad. 

A mi me traen un brifcor*, ya que “braga”*, la bebida específica en Galati no me gusta. No lo sé cómo ha llegado a ser “bebida específica” en Galati; en realidad, se origina de la otra orilla del Bósforo. 

No nos quedamos más.

Empezamos a caminar por la arena desde la cual salen algunas hierbas. Debemos quedarnos calzados si no nos queremos lastimar. 

Pasamos revista el bosque “Garboavele” y casi llegamos al zoo; los adultos deciden que debemos volver: se hace tarde y el camino hacia casa no es exactamente corto. Yo me tengo que acostar pronto porque mañana debemos ir. 

Una vez llegados a la orilla, de donde podemos embarcarnos en el Bac, ya no paremos. La ciudad del acero* nos espera. 

Ha sido un día bonito!

 

El cuento es real, pero falta un fragmento que, en este siglo se considera indigno, publicarlo. 

 

*coana : manera de adresarse a una mujer (es considerado no educado si se la llama por su nombre)

*brifcor : bebida refrescante 

*braga : la más barata de las bebidas refrescantes (se utiliza cómo comparación: barato cómo la braga), hecha de salvado de trigo

*ciudad de acero: cerca de Galati es el más grande combinato siderúrgico de Romania, tal vez de Europa de Este.


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