La novia y la madrastra

Por
Enviado el , clasificado en Adultos / eróticos
5679 visitas

Marcar como relato favorito

 

-¡Oh Mike, deja de dar el coñazo! Quedamos en que mañana a mediodía nos veríamos a la hora del almuerzo.

Tina se enfurruñaba una vez más con su novio, que ni corto ni perezoso había empezado a meter su cabeza en los pliegues de sus shorts diminutos, lamiendo su apetitoso y suave culo, mientras ella trataba de estudiar para el examen que tenía al día siguiente. Mike, acostumbrado ya a entrar como Pedro por su casa, llevaba un par de minutos en su habitación, viendo como su joven novia estudiaba, tumbada boca abajo a lo largo de la cama, en pose irresistible para su mente calenturienta.

Tina tenía un cuerpo esbelto, con largas y bellas piernas, rematadas por un culo terso y firme. Su cabello moreno liso era medio largo, y complementaba su bello rostro de rasgos asiáticos. Ella trataba de escribir en el cuaderno para memorizar las ideas principales, al mismo tiempo que Mike seguía dando lengüetazos por atrás.

Así era difícil concentrarse, y viendo que su novio estaba en pleno calentón, se apiadó a medias y le hizo una propuesta:

 -Vale Mike, tú ganas. Pero tengo que seguir concentrada escribiendo y leyendo, así que mientras termino unos párrafos puedes venir aquí delante.

 Mike llevaba ya unos cuantos días loco por arrimarse a Tina, y hoy ya no se aguantaba. Tina le había estado rehusando, porque tenía mucho que estudiar, y el pobre estaba a dos velas.

Fue oír la propuesta de su novia y se sacó su miembro erecto y se lo acercó a Tina, la cual sin dejar de escribir y con la misma pose de "estudio", agarró con su mano libre el falo, y empezó a agitarlo. A medida que esa mano traviesa iba moviéndose en una y otra dirección, el glande iba ganando en volumen y dureza, hasta el punto que Tina empezó a prestarle algo más de atención.

-Te noto muy duro campeón-Tina excitada por la potencia de la polla de su novio, giró ligeramente la cabeza y comenzó a succionarla, sin dejar de mirar de reojo los apuntes.

-Sí nena, por fin me haces algo de caso- Mike susurraba con placer contenido mientras la joven estudiante iba ganando en velocidad con las cabezadas, introduciendo a cada movimiento una parte más del pene en su boca.

Ya totalmente excitada, se giró de frente y bajándose los shorts siguió con la triunfal mamada a su novio, sin más distracciones que la de saborear con su boca y lengua ese duro falo. Su boca mamaba con avidez, y su lengua iba dando surcazos a la punta del capullo, a la vez que su mano iba acariciando su rajita golosa, la cual había quedado al aire hacía unos minutos. Mike por su parte sólo podía disfrutar ese momento tan ansiado, y metía sus dedos por el liso pelo de Tina, empujando con más ahínco su boca contra su polla:

-Ohh cariño no pares, esto es la gloria.

Justo cuando parecía que Mike iba a llegar al éxtasis, algo inesperado ocurrió:

-Prrom, prrom - sonó en ese instante la puerta. -¿Tina?, ¿Está ahí?

-Sí papá, estoy estudiando, ahora en un rato bajaré para cenar- no había empezado a decir estas palabras y Mike ya estaba debajo de la cama con sus ropas en el suelo.

-Tina, no puedo quedarme así - el pobre chaval suplicaba a su novia un último arreón y así descargar agusto todo lo que llevaba por dentro.

-Mike lo siento, no puedo ahora, si nos pilla mi padre estoy perdida, no me dejará salir en todo el verano.

El joven no tuvo más remedio que vestirse de nuevo, y con un calentón de mil demonios salió de la habitación a hurtadillas, para salir por la cocina sin ser vistos por los padres de Tina.   Al entrar en la cocina casi se choca con Susan, la madrastra de Tina. Una milf de las que hacen afición, ataviada con un vestido corto y estampado al cuerpo, dejando entrever sus abruptas curvas, y un escotazo que cortaba la respiración.

-Mike chico, ¿dónde vas tan aprisa?, Pero ¿qué tenemos aquí? - Susan no pudo remediar fijarse en el bulto que traía el joven en el pantalón.

Susan en menos que canta un gallo le liberó su "sufrido" glande y comenzó a pajearle mientras se arrimaba a su cuerpo besando en la boca al novio de su hijastra, el cual absolutamente desconcertado correspondió sin dudar, casi de manera automática, tomando así la revancha del calentón que llevaba.

-Vamos chico, Jim está viendo el partido y no se va a enterar, quiero saborear tu polla.

La cuarentona, cachonda a más no poder no paraba de lamerle y chuparle su verga, mientras en cuclillas masturbaba a una mano su experimentado y húmedo chocho.  Sus tetas sobresalían por el top del vestido, e iban moviéndose al son de sus movimientos de boca.  

De súbito se levantó, y subiéndose el vestido se dio la vuelta con intención de refregar su culo y sus muslos contra la verga de Mike. El doggy no se hizo esperar, ella apoyada en el poyete de la cocina recibiendo por atrás el cipote duro y joven, y sus tetas bailando al unísono al viento, si acaso interferidas por un apretujón de la mano del chaval, el cual disfrutaba de lo lindo palpando esos duros pezones.

-Fóllame fuerte muchacho, la quiero dentro vamossss-sollozaba de placer Susan, la cual apunto del orgasmo agarraba sus manos al borde del marmol-ohhhhhhhh, me corrooooo, qué bueno.

-Estoy apunto Susan, me pones a mil por hora.

-Me encanta tu polla dura, vamos quiero que te corras en mi boca. -terminó de decir estas palabras cuando el joven sacó el falo del coño de Susan y ella se apresuró a recibir la carga.

-Ohggggg- Mike llegó por fin a su tan ansiado clímax- madre mía Susan, ¡qué placer!

-Susan, con quien estás ahí? - pregunto Jim desde el sofá de la salita.

-Oh Jim, es Mike, que ha venido a ver a Tina, pero ya se iba, porque no quiere distraerla con su examen, y mientras le he pedido que me ayude en la cocina. - dijo la muy golfa saboreando la leche desparramada por su boca y escote.

-Este chico es un primor-dijo Jim, que veía a Mike con buenos ojos- siempre servicial y tan atento. Cariño, trátale bien y ofrécele lo que le apetezca.

-Gracias Jim- respondió Mike mientras se subía los pantalones, y aun observando las bellas curvas de Susan que trataba de limpiarse el canalillo y recomponer su vestido, añadió irónico:

-Tu mujer ya me ha servido lo que quería. Le debó una - añadió haciéndole un guiño.

Y con una sonrisa pícara, Susan volvió al sofá con su marido, mientras Mike ya por fin, se volvía a casa en paz y relajado.


¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales

Denunciar relato

Comentarios

COMENTAR

(No se hará publico)
Seguridad:
Indica el resultado correcto

Por favor, se respetuoso con tus comentarios, no insultes ni agravies.

Buscador

ElevoPress - Servicio de mantenimiento WordPress Zapatos para bebés, niños y niñas con grandes descuentos

Síguenos en:

Facebook Twitter RSS feed