Es un hombre amable, respetuoso, alto y bastante gordo.
Vive en el mismo edificio con nosotros, a la misma planta.
Aunque nunca ha molestado a alguien, al contrario, se esfuerza en complacer a los vecinos, no es por el gusto de los demás.
Tiene una hija y un hijo. Hay muchos años de diferencia entre ellos. Es posible que su hija no es la hija de su mujer.
Ella tiene ya, una edad de casarse, mientras que su hermano ni edad de cole no tiene.
Su hija Gabi, le da mucho dolor de cabeza. Parece que no encuentra un hombre adecuado para ella, para casarse.
En cambio Leonard, su hijo, es muy tranquilo. Es el tipo de niño demasiado protegido por sus padres.
El señor Filipoiu ama mucho a su mujer, la que tiene una edad mucho más joven que la suya.
Es también alta, muy delgada y viste cómo una señora.
Para demostrarle su amor, no la deja hacer nada en casa: todas las tareas domésticas les hace el: lava ropa, algunas veces a mano, plancha, limpia la casa y sobre todo, cocina.
Hace unos platos deliciosos, es verdad que tiene una manera de cocinar, propia.
De Pascuas o algunas fiestas religiosas que la gente regala comida a los demás, el también lo hace, a todos los que conoce.
Esta afición por tareas domésticas le ha atraído desprecio y una mala reputación.
En el edificio lo llaman “Señor Señora Filipoiu”.
La gente ríe de su manera de proteger a su esposa.
Y, tienen porque.
Ella, no solo se aprovecha de su deseo de complacerla, lo tiene de esclavo.
Una día, muy enfadada, se ha quejado a todos los que estábamos presente que su falda no está perfectamente planchada: tiene una arruga!
Eso ha quedado cómo anécdota.
Los niños y los jóvenes del edificio también ríen de el.
Un día, uno dibujó por la puerta de entrada en su casa, exactamente debajo de su visera, un órgano genital masculino.
Lo mucho que se ha esforzado en quitarlo! No ha sido manera.
Tuvo que pintar y lacar la puerta.
Otro día, la señorita Gina, le robó el felpudo. Dibujó un perro y cortó el felpudo en forma dibujada. Luego le metió en el buzón. El resto lo tiró.
Al final, la enfermedad que, según las malas lenguas la tuvo debido a los problemas que su hija provocaba, acabó con el.
Historia real, por muy insensibles que se mostraron la gente de aquel espacio-tiempo.
*Filipoiu aparece en los libros que describen historias de la Edad Media y moderna cómo apellido de terrateniente, aunque no está demostrado ni que lo es ni que no lo es descendiente de una familia de dicho tipo.
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