Denunciar relato
En el vasto silencio de la nada, el tiempo se desvanece como un susurro olvidado. No hay sombras, ni luces, solo un vacío que abraza el alma. Allí, las ideas flotan como burbujas ireales, esperando ser soñadas. La nada es un lienzo en blanco, donde los ecos de lo posible resuenan con dulzura. En su abrazo, encontramos paz y desasosiego; es la mancion de los pensamientos no nacidos y las esperanzas marchitas. Sin embargo, en su inmensidad, la nada también invita a crear, a imaginar lo que aún no existe: un universo entero esperando ser descubierto.
Comentarios
COMENTAR
¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales