UNA FECHA, UN PELDAÑO
Desde la óptica de los privilegiados nunca se observa a quienes no lo son, a quienes sufren diariamente el peso de situaciones de injusticia y desigualdad.
Otro 8 de marzo, otra fecha de un calendario que sigue marcado con la sangre del género femenino en la lucha por su emancipación. El 8 de marzo nació como día de reivindicación y lucha por los derechos de las mujeres obreras, y luego se extendió por la consciencia de que era y es todo el género femenino el que sufre la opresión, la desigualdad, la violencia y la humillación diaria por el hecho de ser mujer; las cadenas del sistema patriarcal.
Fue una mujer la que dijo que nunca se abandona de manera voluntaria un privilegio. Y eso, respecto a la cuestión de los géneros, de la violencia machista, de la desigualdad laboral y social de la mujer, lo demuestra el duro lapso que media entre la lucha de las sufragistas y la actualidad en que queda tanto por conquistar en los derechos de las mujeres.
Otro 8 de marzo, otra fecha, algunos peldaños subidos, tantos por subir; y cada uno manchado de la sangre de aquellas mujeres que tratan de romper sus cadenas sujetas por el patriarcalismo y el privikego del género masculino.
Frente a las privilegiadas voces demagógicas y escandalizadas de los varones retrógrados, hay que levantar sin descanso la bandera de la liberación femenina consciente. Hay que romper para siempre las cadenas. No hay nada que tener: hay todo un mundo por ganar
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