Denunciar relato
Tercera ducha del día.
Las dos últimas (rápidas, pero no por ello menos satisfactorias) incluidas en un período de tiempo de menos de tres horas.
Algo me dice que si la cantidad de agua que he proyectado con la alcachofa sobre mi epidermis hubiera podido atravesarla y entrar en mi cuerpo, ésta hubiera sido inferior a la cantidad de sudor que he transpirado a lo largo de todo el día.
Mililitro arriba, mililitro abajo.
Para ponerse a mear y no echar ni gota.
Entre otras cosas porque no queda nada por excretar...
(Que alguien me diga dónde hay veranos de entretiempo ¡ya!)
Comentarios
COMENTAR
¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales