Carla y su peculiar zumo de cebada (2ª parte. Final)

Por
Enviado el , clasificado en Adultos / eróticos
741 visitas

Marcar como relato favorito

El primero en correrse fue el que tenía el rabo incrustado en la boca de Carla. No pudo resistir por mucho tiempo la forma tan especial de exprimir pollas que tiene esta loba. Su boca se convierte en una auténtica batidora. Carla se guarda toda la lefa en la cavidad bucal. Cuando se desprende de la verga del macho que se estuvo follando su garganta, Carla le escupe toda la carga de leche y babas en la cara al de abajo (el “chulito” convertido en cuckold).

El que enculaba a Carla, al ver este gesto tan guarro y morboso, no puede evitar que su polla estalle en el interior del colon, llenándole el culo a la jaca de una viscosa y pegajosa lechada. Al chulito del grupo, aunque quiso disimularlo, el hecho de que Carla le escupiera todo el esperma de su amigo mezclado con babas de su cosecha lo excitó muchísimo. Fue la chispa que provocó su eyaculación inmediata. Carla, al desengancharse de sus amantes, se coloca en cuclillas sobre la cara del “chulito” y espera a que vaya saliendo, poco a poco, toda la carga de esperma que transporta en la vagina y el trasero. Cuando ya se percata de que no hay más chorros de lefa por salir, le aplasta toda su entrepierna en la cara. Frota fuerte, esparciendo toda la plasta por el rostro de su improvisado cuckold.

Los que se estaban follando a Raquel, al divisar el espectáculo que Carla puso en acción, no pudieron reprimir por más tiempo sus respectivas eyaculaciones. Le dejan a Raquel su vagina y colon bien regados de esperma. Raquel se incorpora, y con una mirada de complicidad hacia su amiga, se dirige hacia donde está el “chulito”. Se coloca en cuclillas sobre su rostro, imitando a su amiga, y vacía la carga que transporta. Unos buenos chorros de semen van saliendo de sus orificios vaginal y rectal. Luego, siguiendo el ejemplo de Carla, le aplasta la entrepierna en la cara al improvisado esclavo y haciendo círculos, le restriega y esparce toda la plasta, tanto la que ella le soltó como la que le soltó Carla previamente.

--¡Quién te iba a decir que dos pedazo de hembras te iban a convertir en un auténtico maricón –le dice uno de sus compañeros al “chulito”. Este seguía en el suelo y con el rostro irreconocible, por la ingente y espesa cantidad de esperma y babas que cubrían su rostro.

--Nos hemos quedado con ganas de más. Estáis muy buenorras. Sois unas auténticas ninfas –dice otro de los hinchas--. Cuando acabe el partido volvemos para seguir con la fiesta, si os apetece.

--Solo si acaba el partido en empate aceptaremos una segunda y hasta una tercera tanda de sexo con vosotros –contesta Raquel--. Si gana nuestro equipo, lo celebraremos con nuestros maridos, y si gana el vuestro, pues… a cascarla.

Se echan a reír todos y aceptan la propuesta.

Ganó el equipo local y Carla y Raquel lo celebraron con sus respectivas parejas… cada una en su casa.


¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales

Denunciar relato

Comentarios

COMENTAR

(No se hará publico)
Seguridad:
Indica el resultado correcto

Por favor, se respetuoso con tus comentarios, no insultes ni agravies.

Buscador

ElevoPress - Servicio de mantenimiento WordPress Cursos online gratuitos de escritura y redacción

Síguenos en:

Facebook Twitter RSS feed