LO QUE LA MAGIA ES

LO QUE LA MAGIA ES

Entre los helechos eran invisibles.

El fauno y el hada descansaban desnudos y abrazados y estrecharon otra vez sus labios. Habían estado toda la mañana paseando por las orillas del río y después de comer hicieron el amor. Aún tenían sus genitales palpitantes y cubiertos de rocío después de su enésima cópula.

"Tenemos todo lo que necesitamos", dijo ella. "Todas las cosas del universo son nuestras; porque tenemos el mundo infinito de las palabras", añadió.

Allí, en un rincón entre las sombras de los helechos, se encontraban Erin y Mare. No solo se amaban, sino que compartían algo mucho más profundo: un amor por las palabras. Para ambos, las palabras no solo eran sonidos o letras, sino portales hacia realidades infinitas.Cada conversación que tenían era la puerta a un mundo entero de paisajes, criaturas y destinos.

Por la tarde, al caer el sol, Erin tomó su armónica y empezó a tocar una suave melodía, algo que siempre parecía invocar al viento. Mare, al escucharlo, sonrió, como siempre, y voló a su lado, acariciando el aire con sus pequeñas alas. Se acercó a él y susurró: "las palabras no son solo sonidos, son el eco del alma". 

Erin, la miró, despegando ligeramente sus labios de la armónica y respondió: " ¿qué mundo crearíamos si pudiésemos hablar sin limitaciones?

"Nuestro mundo Erin, nuestro mundo".

De repente, las hojas de los helechos comenzaron a vibrar, pero no con el lenguaje común de la naturaleza, sino de una forma extraña y desconocida, como si el propio bosque estuviera respondiendo a la conversación.

"Las palabras, están siempre conectadas. Cada una brilla en su propio espacio, pero a la vez forman un todo, un universo sin fin. Si hablamos, podemos dibujar el cielo y escribir en el aire."

"Este es nuestro mundo Mare, un mundo donde las palabras no tienen fronteras, donde todo lo que decimos tiene la capacidad de convertirse en algo real, donde nuestro amor no es solo un sentimiento. Es una historia sin fin, que nunca dejará de crecer" 

Y así, juntos, entrelazados por la magia de sus palabras, crearon un universo, donde cada conversación era un tapiz que perduraba más allá de los límites del tiempo y las estaciones, porque allí, donde las palabras se funden con el alma, no existen límites para el amor, la magia y la creación infinita.

Erin dejo su armónica y acarició el pelo de Mare. Ella cerró los ojos mientras recibía con ansia las caricias que brotaban de las manos de Erin. Sus dedos recorrían de nuevo su cuerpo con intenso deseo y ambos cada vez más cerca besándose con pasión, viajaron de nuevo juntos, entrelazados, a ese universo que solo ellos conocían y donde ambos se sentían seguros y felices.